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Salvador desde la portería

Rubén Blanco realizó ayer varios paradones en Balaídos que salvaron al Celta de una derrota más amplia.
photo_camera Rubén Blanco realizó ayer varios paradones en Balaídos que salvaron al Celta de una derrota más amplia.

Ante los problemas de la defensa del Celta, el guardameta de Mos se está convirtiendo en un seguro para que el marcador en contra no sea tan abultado. Rubén fue protagonista del encuentro con numerosas paradas.

En el minuto 21 hizo frente al tiro de Parejo y diez minutos después realizó uno de los paradones de la noche a un remate desde el área de Carlos Soler. Aunque el colegiado había pitado fuera de juego, el excéltico Santi Mina creó una jugada peligrosa para los intereses celestes, pero Rubén hizo lo propio y demostró que reflejos no le faltaron durante una gran primera parte. Tras la reanudación, Rubén no pudo frenar el primero del conjunto che, a cargo de Gayá con un certero centro que encontró la red mientras el de Mos apenas había salido bajo los palos. Con el marcador empatado en Balaídos, Rubén siguió demostrando su capacidad como portero, impidiendo que entrase el cabezazo de Garay o el disparo de Ferrán Torres minutos más tarde. El segundo gol del Valencia fue una forma de mancillar el buen juego realizado por el guardameta, que tras muchos logros durante el partido, no conseguía parar el tanto de Rodrigo Moreno, quien encontró vía libre en la defensa celeste para firmar el 1-2 que vuelve a sentenciar al Celta a la derrota. 

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