El Celta afrontó ayer este tema como suele hacer con todos: perfil bajo y dejar que las cosas se vayan desinflando, si es que se desinflan. El único en hablar fue Rubén Blanco, a quien le tocó ejercer de portavoz del vestuario sobre la cuestión, empezando por dejar claro que "como ya expresó el club, todos los jugadores de la plantilla estamos en contra de cualquier tipo de acto racista, como es obvio".
El guardameta no quería entrar mucho en el tema –"Iago ya dijo todo lo que tenía que decir y no voy a añadir nada más"–, porque considera que se daña la imagen de su compañero. "Este tipo de acusaciones no le gustan a nadie. Pero él y el club ya dijeron lo que tenían que decir y cuanto menos se hable del tema, mejor. Porque, al final, creo que se está haciendo daño a la imagen de Iago", apuntó.
El mosense aclaró que cree la versión de Aspas. "La gente da su opinión y obviamente este tipo de temas son complicados y no le gustan a nadie. Es un tema feo. Y hasta que no se demuestre lo contrario, yo creo en la palabra de mi compañero", adujo.
Por último, reconoció que era imposible saber a ciencia cierta qué sucedió. "Son cosas que pasan. Entiendo las dos partes, a Iago y al jugador del Levante. Uno dice su versión y el otro dice la otra. Y yo, como no estaba en el medio, no puedo decir nada más porque no sé lo que ha pasado. Y como dije antes, mientras no se demuestre lo contrario, creo a Iago", reiteró.
