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Qué caras más conocidas

La fotografía de grupo de la presentación del primer equipo celeste, incluyendo a Álex López y Chelo Díaz, a los que se busca salida.
photo_camera La fotografía de grupo de la presentación del primer equipo celeste, incluyendo a Álex López y Chelo Díaz, a los que se busca salida.

El Celta se presentó con sólo dos novedades, sin palabras del presidente y sin mucho público

Cierto es que ha variado el cuerpo técnico al completo, lo que no es moco de pavo, pero el acto de presentación del Celta 2017/2018, llevado a cabo ayer justo antes del partido ante la Roma, resultó más un reencuentro con lo ya conocido que un primer contacto con algo. Como suele ser norma, no hubo demasiado público pero sí estuvieron los más fieles, que casi se reconocen todos; en la plantilla de jugadores, sólo había que descubrir –o redescubrir, pues ya jugaron el pasado miércoles con el Udinese– a dos caras nuevas, las de Maxi Gómez y Stanislav Lobotka;  y el capitán, Hugo Mallo, sigue siendo el mismo del pasado curso.
Tan común le debió parecer todo que el presidente del Celta, Carlos Mouriño, que en estos casos solía romper su proverbial silencio con discursos casi en forma de proclamas, rechazó dirigirse al público asistente. Tampoco lo hizo Juan Carlos Unzué, así que el micrófono tuvo como único propietario en el momento de los discursos a Mallo.
Con anterioridad, los jugadores y el primer entrenador fueron apareciendo uno a uno en el campo. En tal ejercicio sí fue novedad que los protagonistas no tuvieron que recorrer la larga distancia a que obligaba el anterior tunel de vestuarios, sino que salieron en pleno corazón de Tribuna. Además, rodeado de aficionados, a los que pudieron chocar las manos mientras surgían de las entrañas de un Balaídos en obras.
Cuando tocó hablar, ya después de una fotografía de grupo un tanto desorganizada, Mallo no faltó a la cita. Ante el público que lo ha visto crecer en las últimas ocho temporadas, el capitán señaló que el equipo afronta "una temporada muy ilusionante" y deseó que tanto el vestuario como la afición puedan "volver a vivir las experiencias felices del año pasado". Además, añadió que los futbolistas se están preparando para "estar a la altura de las exigencias". Y acabó con una despedida clásica en Balaídos: "Como sempre, o de sempre. Hala Celta". Todos lo corearon, porque todos lo conocen.

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