ascenso a segunda b

El Pujales es pequeño a ritmo de charanga

Los futbolistas del equipo vigués agradecen el apoyo de la afición el término del partido.
photo_camera Los futbolistas del equipo vigués agradecen el apoyo de la afición el término del partido.

Las gradas estuvieron llenas con más de 1.000 personas y ambientación musical

Ambiente de celebración en el Baltasar Pujales. Era un día especial y el coliseo de Bouzas se quedó pequeño para albergar a más de un millar de personas que abarrotaron la grada y también uno de los fondos situados de pie, a escasos metros del campo y soplando en la nuca al portero visitante.
El campo vigués es uno de esos que recuerdan al fútbol de antaño. Lo recuerda en las frías tardes de borrasca de invierno con vendaval procedente del Atlántico y dos puñados de espectadores en la grada. Un particular solar que ayer era un gentío. El campo llevaba años sin registrar tal entrada y allí estaban todos. Con los políticos locales, alcalde incluido, en el supuesto palco de la grada. Con los veteranos aficionados maldiciendo a un metro del campo a colegiado y rivales desde la barra de separación que delimita el césped artificial. Hasta estaba el veterano corresponsal de la radio autonómica con el peto naranja merodeando por todos lados. Imágenes casi desaparecidas en el fútbol moderno de televisión y zona mixta. Por supuesto, también estaba la cafetería llena y, probablemente, con algún residente temporal que pasó más tiempo en la barra que siguiendo el partido. 
Y, en medio, en la esquina de la grada sonaban los platillos, el saxo y la trompeta porque allí estaba la charanga, lo que sería la versión moderna de banda de música. Sonó el "Tractor amarillo", el clásico "La Ventanita", y también esa modernidad de éxito planetario que es "Despacito". 
En definitiva, un día de fútbol moderno y vetusto en Bouzas. La promoción de ascenso tiene su particular encanto.n

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