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Un premio a las virtudes del Celta

El centrocampista del Celta Daniel Wass elude la entrada de Luisinho durante el partido de ayer en Riazor.
photo_camera El centrocampista del Celta Daniel Wass elude la entrada de Luisinho durante el partido de ayer en Riazor.

Hay varias formas de afrontar un partido de fútbol. Puedes centrarte en sacar el máximo provecho a tus virtudes o bien intentar aprovechar los defectos de tu rival.

El Celta apuesta siempre por lo primero. El Deportivo abogó durante buena parte del derbi de ayer en Riazor por lo segundo. Y pudo sacar rédito de ello, si Sergio no llega a convertirse en un gigante ante Borges a los 15 segundos de la reanudación, cuando un despeje fallido de Roncaglia concedió a los coruñeses su mejor ocasión del partido. Pero el premio se lo llevó el Celta, un equipo con una fe infinita en sus posibilidades que en Riazor aplicó la única fórmula del éxito que conoce. El conjunto de Eduardo Berizzo hizo lo que mejor sabe y, aunque no fue suficiente como para completar un partido brillante, sí le dio un merecido triunfo en un derbi muy disputado.

Los héroes de Krasnodar
Tres días después de sellar en Krasnodar el pase a los cuartos de final de la Liga Europa, el Celta se plantó en Riazor prácticamente con el mismo once que en Rusia. Sólo hubo dos cambios: Roncaglia ocupó el lugar de Fontás y Bongonda, el de Pione Sisto. Sin embargo, el plan de Berizzo se torció a los diez minutos, cuando Beauvue tuvo que sustituir a Guidetti, lesionado en el primer acercamiento con peligro al área del Deportivo.

El balón, propiedad del Celta
El Celta quiso el balón desde el primer minuto, consciente de que en la posesión está la frontera entre disfrutar y sufrir. Y el Deportivo no opuso resistencia. Se parapetó en su parcela y se limitó a defender con el orden impuesto por Pepe Mel desde su llegada. La apuesta de los herculinos les bastó para resistir durante prácticamente todo el primer tiempo sin sufrir. Porque la posesión de los celestes, que estuvo por encima del 60% en los 45 minutos iniciales, no se tradujo en oportunidades hasta que los locales dieron un pase al frente.

El partido se abre
En la recta final del primer tiempo, el Deportivo salió de su guarida con el objetivo de ganar protagonismo en un derbi que a partir de entonces se abrió y ganó interés. Los herculinos comenzaron a aparecer con más asiduidad por las inmediaciones del área de Sergio y el Celta aprovechó los espacios para comenzar a inquietar a Lux, aunque el descanso llegó sin goles.
Un error (casi) fatal
El segundo tiempo comenzó con susto para el Celta. Roncaglia no acertó a golpear el balón en un intento de despeje y Borges se encontró solo ante Sergio, que realizó una gran intervención para evitar el gol del costarricense. Apenas habían transcurrido 15 segundos de la reanudación cuando el Deportivo disfrutó de su mejor oportunidad del partido. Pero el error ajeno no bastó en esta ocasión.
El factor Iago Aspas
El Celta ha demostrado en los dos derbis de esta temporada que es mejor equipo que el Deportivo. No porque los coruñeses compitan peor, sino porque los celestes tienen mejores futbolistas. El gran partido de Beauvue saliendo desde el banquillo evidenció la profundidad de la plantilla del Celta y Iago Aspas dejó claro, con un nuevo gol, que es uno de los futbolistas más decisivos de la Liga.
Gasolina para el camino
El Celta agradece la victoria de ayer en lo clasificatorio –después de cuatro jornadas sin ganar– y en lo anímico, del mismo modo que agradecerá las dos semanas de descanso de las que disfrutará antes de afrontar un mes de abril muy cargado de partidos. Nueve en veintisiete días esperan a los vigueses, entre ellos los dos ante el Genk, en los que tratará de alcanzar la mayor cota de su historia.

Martínez Munuera realizó un arbitraje perfecto en Riazor

 No es fácil arbitrar un derbi, con tanta tensión en el ambiente y presión en los jugadores de ambos equipos, pero Juan Martínez Munuera salió muy bien parado ayer de Riazor. El colegiado valenciano tuvo la personalidad suficiente para llevar el partido con soltura y apenas se equivocó en un encuentro que, por otro lado, estuvo exento de acciones polémicas.
Martínez Munuera acabó enseñando ocho cartulinas amarillas en el derbi de ayer en A Coruña, cuatro para cada equipo, pero todas ellas estuvieron bien mostradas. El valenciano no permitió que los jugadores se excedieran en la dureza de sus entradas y fue consecuente en todas sus decisiones.
Por otro lado, el Celta dio continuidad a su buena racha con Martínez Munuera. El conjunto celeste es el equipo al que más veces ha arbitrado en Primera o Segunda División el valenciano. Ya son dieciocho encuentros con el de ayer –aunque hasta ahora nunca había dirigido un derbi gallego– y una sola derrota para los vigueses, esta temporada ante el Athletic.n 

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