En los últimos años, ha habido situaciones puntuales por indisciplina que propiciaron que en el Celta existiesen jugadores al margen del resto del grupo.
Fue el caso, por ejemplo, de Emre Mor la pasada temporada –hasta en dos ocasiones– o de Fabián Orellana e incluso Gustavo Cabral –durante un breve intervalo– con Eduardo Berizzo como entrenador.
Pero en los últimos tiempos ha sido inhabitual comenzar las pretemporada o realizar concentraciones con futbolistas apartados. La pasada campaña, no se contaba de inicio con Marcelo Díaz y Álex López, pero trabajaron con el grupo hasta arreglar sus salidas. El ferrolano sí tuvo que ver cómo se le apartaba de los amistosos de pretemporada.
La práctica, con todo, de apartar futbolistas no le es ajena a la actual dirigencia celeste. Hace nueve veranos, en 2009, el verano comenzó de forma convulsa tras la denuncia al club de cinco futbolistas ante la AFE por impagos. Peña y Fajardo arreglaron sus salidas sin pisar Vigo. Pero no así el meta Notario y el defensa Rubén, que afrontaron entrenamientos en solitario. Curiosamente, a Edu Moya sí se le permitió trabajar con el grupo, aunque no contó hasta su salida ya en el arranque de 2010.
Posteriomente, en 2011, Paco Herrera no contó desde el arranque de la pretemporada con Dimitrios Papadopoulos ni con Sergio Ortega. Pero a ambos sí se les integró en el trabajo grupal, pese a no contar a las horas de las convocatorias de los partidos. Acabaron saliendo tras el mercado invernal.
En Primera, se produce ahora el primer conflicto laboral que provoca que el Celta aparte a futbolistas. El pulso continúa.n
