David Costas (Chapela, 1995) ha jugado los últimos ocho partidos del Mallorca completos. 720 minutos en mes y medio. Más que en el último año y medio con el Celta. El central asegura que mentalmente necesitaba un cambio de aires y que no podía permitirse pasar otro año en blanco.
Parece que le va bien en Mallorca.
Sí. El equipo está ahora en una buena racha, llevamos cuatro partidos sin perder, y a nivel personal estoy contento. Desde que llegué lo estoy jugando todo y la verdad es que necesitaba un año así, fuera de casa, para madurar y sobre todo para jugar, ganar confianza y crecer como jugador. El míster me puso a jugar desde el minuto uno sin apenas conocerme y eso dice mucho de él. Estoy muy contento y ahora espero que el equipo pueda prolongar esta racha para que sigamos subiendo puestos.
Tuvo que esperar casi hasta el final del mercado para salir. ¿Se hizo largo el verano?
Tenía ganas de salir. No quería quedarme otro año ahí y pasarlo en blanco como la temporada pasada porque sabía que eso iba a ser muy malo para mí. Lo tenía claro desde el minuto uno, pero al final la cosa se retrasó mucho e incluso pensé que me iba a quedar en Vigo, que iba a tener que pasar otro año igual. Cuando salió lo del Mallorca, que apostó fuerte por mí en los últimos días del mercado, no me lo pensé. Me dije: me voy y que sea lo que Dios quiera. Por suerte, el entrenador está confiando en mí y ahora estoy muy contento.
¿Ferrer le pide más o menos lo mismo que Berizzo o el estilo futbolístico es diferente?
No sé qué decir, la verdad, porque como ahí no jugué en todo el año… (ríe). Pero bueno, Ferrer es un entrenador casa Barça, como Luis Enrique, y me encuentro muy cómodo con cómo jugamos aquí, con la filosofía que tenemos y con los minutos que me está dando.
¿Le hacía falta salir más por una cuestión mental que futbolística?
Cuando llevas un año en casa en el que no confían en ti, que ni siquiera vas convocado, lo pasas mal a nivel mental. Esto me está viniendo muy bien para volver a tener confianza y tener la cabeza tranquila.
¿Pensar que subió al primer equipo demasiado rápido, muy joven, y después lo pagó es un análisis equivocado?
Cada uno puede pensar lo que quiera. Desde que en pretemporada me dieron la oportunidad con el primer equipo, entrené como uno más, a Luis Enrique le gustaba mi manera de jugar y me puso. Unos pensarán que fue muy temprano, otros que muy tarde, pero jugué diecisiete partidos en mi primer año en Primera División y estaba contento. En el segundo esperaba jugar mucho más y a nivel mental lo noté un poco. No sé cómo hubieran salido las cosas si hubiera jugado más o si no hubiera subido tan pronto al primer equipo. Pero no conocía a Luis Enrique de nada, llegué, entrené con el grupo y algo vio o le gustó para ponerme a jugar.
¿El punto crítico de la pasada temporada fue el partido de Copa contra el Athletic en Balaídos?
Es cierto que ahí llevaba seis meses sin jugar y no estaba atravesando un buen momento a nivel mental. Creo que no fue una buena opción haber disputado ese partido como lateral derecho sin haber jugado un minuto en seis meses. No estaba cómodo desde el minuto uno y creo que se notó. Después de ese partido me costó volver a estar bien a nivel mental, pero hay que olvidarse de ese año para centrarse en éste, hacer las cosas bien y volver al Celta.
¿Siente que en el partido que jugó a final de temporada contra el Sevilla sí demostró que tiene nivel para jugar en el Celta?
Después de mucho tiempo sin jugar, sin contar con la confianza del míster, tuve que jugar, las cosas me salieron bien y me demostré, no a la gente sino a mí mismo, que puedo ser futbolista, que puedo formar parte de la plantilla del Celta. Pero decidí salir porque veía que iba a contar poco esta temporada.
Berizzo trató de reconvertirlo a lateral. ¿No se veía en esa posición?
A mí el míster me dice esa semana que voy a jugar de lateral y, después de seis meses sin minutos, juego hasta de portero si hace falta. Pero está claro que a todo el mundo le gusta jugar donde mejor se desenvuelve y en mi caso no era mi posición. Pero tampoco me quejo. Tenía ganas de jugar y lo habría hecho en cualquier posición.
¿Cómo está viendo al Celta ahora?
Las cosas están yendo muy, muy bien y me alegro porque tengo muchos amigos dentro de ese vestuario. El Celta tiene un equipazo y están haciendo las cosas muy bien. Después de los resultados de las primeras jornadas y viendo cómo está jugando, creo que la permanencia se alcanzará rápido. Prefiero mirar hacia arriba y ver al Celta en la Liga Europa, como mínimo.
¿Su intención es volver a ganarse un puesto el próximo verano?
Aún me queda mucho tiempo aquí y no estoy pensando en volver a Vigo. Me quedan muchos meses y muchos partidos en el Mallorca y lo que quiero es que esto salga bien. Luego, está claro que cuando llegue a Vigo pelearé por quedarme ahí y ganarme un puesto.
¿Mejor o peor que siga Berizzo?
Eso ya es cosa del Celta. A mí no me importa. Después de este año quiero volver a Vigo y partir de cero, como el resto de mis compañeros, para intentar ganarme un puesto. Ojalá sea así y me pueda quedar muchos años más en casa.
¿Su relación con Berizzo es mala?
No, de verdad que no. El día que se supo que me venía al Mallorca, habló conmigo, me deseó suerte y me dijo que me esperaba el año que viene. No tengo una mala relación con el entrenador, para nada.n
