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Dos parientes lejanos

Imagen del partido de esta temporada entre Espanyol y Celta en el estadio de Cornellá-El Prat.
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Aficionados de Espanyol y Granada relatan cómo vivieron la venta de su club a grupos chinos

La incertidumbre está marcando el proceso de venta del Celta. Diferentes grupos empresariales se han mostrado interesados en el club y las negociaciones entre Carlos Mouriño, propietario del paquete accionarial mayoritario –con un 52% del capital social–, y CITS están avanzadas desde hace semanas, hasta el punto de que el grupo chino ya encargó la realización de una auditoría, que corrió a cargo de BDO, para conocer el estado real de la entidad. A la espera de que el dirigente vigués rompa su silencio y de conocer el resultado final de las conversaciones entre ambas partes, la incertidumbre marca la actualidad del Celta como en su día marcó la de Espanyol y Granada. Aficionados de uno y otro equipo relatan cómo vivieron el cambio de dueños de sus clubes, ahora dirigidos por sendos grupos chinos, un proceso en el que también hubo cabida para la ilusión propia del inicio de una nueva etapa.
El primer club de la Primera División española comprado por un grupo empresarial chino fue el Espanyol. El Rastar Group, encabezado por el ahora presidente 'periquito' Chen Yansheng, se hizo el pasado mes de enero con las riendas de la entidad a cambio de una inversión inicial de unos 50 millones de euros que, tras la realización de una ampliación de capital, ha superado ya los 100. En el caso del club barcelonés, la llegada de nuevos inversores sirvió para solucionar los problemas económicos que ponían en peligro su viabilidad, como explica Luis Domínguez, portavoz de la Federación Catalana de Peñas del RCD Espanyol (FCPE). "La mayor parte de los clubes han estado en una situación económica mala. Han ido trampeando como han podido, pero la situación ha llegado a ser asfixiante. Todos hemos sido conscientes de ello. Somos aficionados de un equipo y no tanto de una sociedad anónima deportiva, que es algo menos romántico, pero llega un momento en que estás en una situación muy delicada y en el Espanyol hacía años que éramos conscientes de ello", explica. "Todos los socios queremos que sea gente de nuestro equipo la que guíe nuestro destino, pero sabíamos que poca gente podía dar un paso adelante para ayudar al club. En el caso del Espanyol no había otra solución porque estaba a punto de desaparecer", añade.
Rastar Group fue la solución para los problemas del club catalán, pero eso no impidió que su llegada fuese vista con cierto recelo por la afición blanquiazul. "Siempre tienes miedo porque es una especie de paso hacia delante que no sabes cómo va a acabar. Pero el nuevo máximo accionista explicó su proyecto, lo argumentó, y creo que la gente ha confiado de una manera bastante amplia en su proyecto. Dijo que es un proyecto a medio y largo plazo y la mayoría de los socios del Espanyol están contentos", apunta Luis Domínguez, que asume que el peso de la afición en este tipo de procesos de compraventa es mínimo. "El que es socio del Celta, es del Celta. Es de su equipo, no de una empresa. Pero si el máximo accionista decide vender, por desgracia, toca lo que toca. Deberíamos volver al momento en el que los clubes se transformaron en sociedades anónimas deportivas para descubrir la raíz del problema", apunta el portavoz de la FCPE, que asegura que la afición está "ilusionada" pese a que el inicio de temporada no fue el deseado: "La gente está muy ilusionada. No empezamos con los mejores resultados, pero durante el verano desde la federación pulsamos las sensaciones, las vibraciones, las opiniones de peñistas y socios y hay que decir que fue un verano muy bonito en cuanto a ilusión. Ha venido un gran entrenador, con un proyecto muy claro, y ha traído jugadores muy afines a él. Ahora sólo falta que la pelota entre y se gane un partido y medio. Es un equipo con el que creemos que podemos vivir momentos bonitos".
Peor ha empezado la campaña para el Granada, colista con sólo dos puntos y que ya ha destituido a su entrenador, Paco Jémez. El club andaluz fue comprado a finales de la pasada campaña por la sociedad Desport, propiedad de la multinacional Wuhan Double y que pagó 37 millones de euros por el equipo granadino tras un proceso marcado por la opacidad. "Al principio lo vivimos con incertidumbre. Las noticias empezaron a aparecer en diciembre, cuando el equipo no estaba bien, y desde todos los frentes se negaba que pudiese existir un acuerdo. No se ponía claridad sobre el asunto. Después, una vez que se supo que la venta se iba a producir, había muchas expectativas  y estábamos ilusionados, al ver también que en el Espanyol había entrado otro grupo chino y había hecho una ampliación de capital. El problema es que ahora las cosas no están saliendo como queríamos y mucha gente empieza a echar de menos a los anteriores dueños. En fútbol sólo nos acordamos de lo bueno pasado, no de lo malo", afirma Daniel Hurtado, presidente de la Asociación de Peñas del Granada G19, que recuerda que "tres semanas antes de cerrar la venta del club, el anterior dueño, Gino Pozzo, aseguró en una entrevista que no iba a venderlo. Luego supimos que el acuerdo estaba cerrado desde diciembre. Sólo tenían que esperar que terminase la temporada porque había un precio para Primera División y otro si el club bajaba a Segunda".
Hurtado asegura que el principal problema es que el nuevo dueño del club no viva el día a día del Granada. "El problema, como sucede con el Espanyol, el Valencia y esperemos que no con el Celta, es que el dueño está a 20.000 kilómetros. No sabemos quién manda en el club. Han traído a un director general, Sergi Vieta, que dicen que era la mano derecha de Javier Tebas, pero a la hora de la verdad falta alguien como Quique Pina, que bajaba al vestuario a dar un golpe encima de la mesa cuando las cosas iban mal", explica el presidente de G19, consciente de que los resultados tampoco ayudan: "En el fútbol, si la pelotita entra, en Los Cármenes o en Balaídos, todo va bien. Pero cuando ves la clasificación y estás con 2 puntos de 21 posibles, pues ya desconfías. Además, la gente ve que han traído a muchos jugadores cedidos y piensa que los chinos tienen dinero, pero no se lo han gastado".n
 

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