división de honor plata

El Octavio se extirpa otra victoria

Juan Quintas, en una de las escasas apariciones en ataque del especialista defensivo del Octavio.
photo_camera Juan Quintas, en una de las escasas apariciones en ataque del especialista defensivo del Octavio.

El conjunto académico logra el equilibrio entre la entrega y el paroxismo para superar con justicia al Palma del Río

Si los cronometradores lo permitiesen, el Academia Octavio pararía tras cada gol y tras cada robo en defensa para celebrarlo al estilo de los tantos futbolísticos. Porque el equipo vigués vive en ese límite entre la entrega tensionada y el paroxismo. En él, la consabida exageración de pedir más del 100% cobra sentido. Ayer, con los nervios de punta, con aciertos rotundos y errores feos, extirpó su segundo triunfo de la temporada en su segundo encuentro en casa. Y de nuevo ante un rival, supuestamente, de más centímetros, de más kilos y de más ambición en la campaña liguera: el Palma del Río.
El conjunto académico tiene la inocencia de los aprendices, pero también su entrega. La absorción de experiencia se palpa casi en cada ataque, en cada defensa y en cada decisión de banquillo. Con el tren en marcha, los rojillos están siendo capaces de subirse a él cada vez que parecen perder el equilibrio. Y no hay nada mejor para aprender que hacerlo pudiendo palpar los frutos del aprendizaje.
Ayer, el Octavio mereció ganar. Por saber explotar sus recursos en ataque y en defensa. De hecho, debió de hacerlo sin la necesidad de las paradas salvadoras de Jorge García Lloria en la recta final. Pero, por ahora, hay una cosa que no sabe hacer este equipo eléctrico: enfriar los partidos.
El Octavio tiene en el portugués Diogo Oliveira una espita. Explota genialmente en los inicios de cada mitad. De su acierto y el valor de Salazar –con una ostentosa protección en una de sus rodillas– vivió el equipo vigués en el igualado arranque. De ellos y del ya habitual 5.1, que dificultaba el ataque posicional del Palma del Río (5-5, m.7). Pero los cordobeses tiraron de calidad en el uno contra uno y aprovecharon las imprecisiones en el ataque local para asustar (6-10, m.16). La experiencia de Cerillo y Silva como avanzado en el 5.1 frenaron la sangría (9-10, m.20) y Andrés Rey, técnico visitante, paró el partido para encontrar a sus extremos (9-13, m.22).
Pero el Octavio cerró el primer tiempo subido a la ola buena. Dos acciones de Corcera, otra de Cerillo y la aparición en la primera línea de Silva y Borja Méndez –este último clave en la segunda parte– supusieron un parcial de 5-1 que dejó el choque empatado al descanso (14-14).
Diogo se encargó de dar la primera palabra a los locales tras el parón. Y ésta pudo ser definitivamente rotunda, pero aparecieron las exclusiones para ralentizar el ritmo de los vigueses. Una doble de Quintas y el propio Diogo amenazó con romper la dinámica, pero el Octavio aguantó y un parcial de 4-0, con Borja Méndez soltando por fin su brazo en ataque y un Palma del Río muy nervioso en la banda y en la pista –en defensa probó, con poca suerte, sendas defensas mixtas sobre Diogo y Borja y un 5.1–, puso el partido del lado rojillo (23-17, m.43).
Era el momento de matar el partido y enfriarlo. Pero el conjunto académico no supo hacer ninguna de las dos cosas. Cerillo falló una clara contra, tras robo de él mismo, que debió significar el 24-17. Pero el balón topó con el larguero y aparecieron los nervios y las exclusiones. En defensa, donde Quintas había ajustado sus problemas en el uno contra uno del inicio del choque, la conexión cordobesa con el pivote Tavares hacía daño. Había que bregarse (23-20, m.46).
De la pelea surgieron exclusiones visitantes y la renta volvió a ser más cómoda (27-22, m.50). Pero el encuentro no estaba acabado. El Palma del Río tiró de calidad individual para ir recortando distancia (27-25, m.55) gracias, también, a dos siete metros detenidos por Manuel López a Cerillo, que acabó pidiendo él mismo el cambio mientras Lloria mantenía a los suyos vivos con un recital de paradas decisivas. Mientras, en la banda, Jabato dudaba si parar o no el partido con un tiempo muerto que podía haber serenado esa recta final del choque.
Pero las paradas de Lloria fueron bastante. En superioridad, Víctor León sentenció (28-25, m.28). Ya no se escapaban los puntos. Dos puntos enormemente válidos. A seguir creciendo.

Academia Octavio:
Jorge García Lloria, Paco Salazar (4), Juan Quintas, Germán Hermida (1), Duarte Batán 'Tate', Víctor León (1), Diogo Oliveira (7) –siete inicial– Borja Méndez (6), Toni Corcera (3), José Ángel Fernández 'Cerillo' (4, 1p.), Óscar Silva (3).
Zumosol Palma del Río:
Manuel López, Filipe Tavares (6), Miguel Corral (4), Pedro Da Mota (7), Diógenes Cruz (4), Ignacio del Castillo (1), Julián Portero (1) –siete inicial– Antonio Caro (2), Jesús Morales (2), Yoel Moreno, Alonso Moreno.
Parciales:
3-3, 5-7, 6-9, 8-10, 10-13, 14-14 (descanso), 17-16, 20-17, 23-18, 25-21, 27-24, 29-27.
Árbitros:
Pedro José Amigo y Javier Espadas (Castilla la Mancha). Excluyeron a los locales Salazar, Quintas, Tate, Silva  y Diogo Oliveira (2); y a los visitantes Yoel Moreno y Julián Portero (2).
Incidencias:
Pabellón de As Travesas, con unos 700 espectadores en las gradas.

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