Tras descender a Tercera División la temporada pasada y recuperar un puesto en Segunda B al adquirir la plaza vacante dejada por el desaparecido Ourense, el Celta B inicia la nueva temporada en la división de bronce con un objetivo muy ambicioso: pelear por el 'play-off' de ascenso a Segunda, según aseguró ayer Carlos Mouriño.
El presidente fue tajante ayer en este sentido. "Hemos cambiado la exigencia. El año pasado decíamos que teníamos que hacer un equipo para mantener la categoría. Este año le hemos exigido a los directores deportivos, al cuerpo técnico y a los jugadores que tienen que pelear la clasificación para el 'play-off'. El Celta hizo un esfuerzo para traer jugadores más veteranos, pero también consideramos que tenemos que exigir que ese esfuerzo se vea compensado", señaló.
El dirigente asumió como un error la apuesta por una plantilla y un técnico muy joven el curso pasado, si bien mostró su confianza en David de Dios, que regresó al juvenil y fue sustituido por Fredi Álvarez. "Es muy difícil competir en Segunda B si el equipo no tiene complementos con experiencia", esgrimió. Por esta razón, el club fichó este verano al central Jonathan de Amo, el extremo Luis Rioja y el mediapunta argentino Pucheta.n
