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Un oasis en el desierto celeste

Iago Aspas conversa con Emre Mor tras uno de los goles del Barcelona, ayer en el Camp Nou.
photo_camera Iago Aspas conversa con Emre Mor tras uno de los goles del Barcelona, ayer en el Camp Nou.

Muy solo en la punta del ataque, trató de retrasar su posición para desatascar el fútbol del equipo

El Celta fue un desierto en el Camp Nou. Metros y metros de infierno arenoso sin apenas detalles que rescatar. Pero si alguien trató de sacar el orgullo que llevaba dentro, ese fue Iago Aspas. El moañés es el líder del equipo en los mejores y en los peores momentos y anoche, cuando el Celta se hundía por los goles del Barcelona, Aspas mostró el coraje que lo ha convertido en uno de los mejores futbolistas de la historia del conjunto celeste.
El partido en el Camp No se jugó en el primer tiempo. En el segundo, tanto Unzué como Valverde reservaron a sus mejores hombres, conscientes de que la eliminatoria estaba sentenciada. Aspas se quedó en el vestuario tras los 45 primeros minutos, en los que el Celta se hundió y él, muy solo en la punta del ataque, trató de retrasar su posición para desatascar el fútbol del equipo. Buscó paredes, asistió a sus compañeros y remató para estrellarse contra la zaga blaugrana. No tuvo un gran día, pero al menos Iago Aspas lo intentó.

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