JUAN ZUNZUNEGUI. Entrenador y remero vigués de Zierbena

"Nunca gané la Concha y todo remero quiere hacerlo"

Juan Zunzunegui, remero y entrenador de Zierbena.
photo_camera Juan Zunzunegui, remero y entrenador de Zierbena.

Juan Zunzunegui (Vigo, 31 de marzo de 1976) ejerce de remero y entrenador en la trainera vasca de Zierbena. El pasado domingo marcó el mejor tiempo, con 80 centésimas de renta sobre Hondarribia, en la primera jornada de la Bandera de la Concha que se decide esta semana en San Sebastián. 

¿Son los máximos favoritos?
Los máximos favoritos, no. Pero estamos con muchas opciones. Esta semana se vive con tranquilidad, entrenar y hacer lo que venimos haciendo hasta ahora. Todos estamos expectantes y con ganas. Son los mismo rivales. La Concha es una regata especial, pero debemos mantener la calma. 

Zierbena es la primera vez que llega con tantas opciones de victoria en los últimos años, pero cuentan en su barco con remeros que sí saben lo que es ganar. 
Tenemos remeros que nunca ganaron aquí, pero sí saben lo que es hacerlo en otros sitios. Además, este verano ya estuvimos en la pelea por la victoria y no es la primera vez que nos vemos así. Una vez que terminó la prueba el pasado domingo, teníamos la alegría normal, pero sin celebrar nada.  

¿Prepararon la Concha de forma especial?
Como todos. Hay muchas competiciones, pero la preparas dentro de lo que te permite la Liga ACT. Lo que sí empezamos fue el verano más frescos que otros años y entramos en forma con la competición para estar mejor ahora. Desde el principio de temporada estuvimos en las posiciones cabeceras, a pesar de que no terminaron de llegar las victorias. Estábamos satisfechos porque la rozábamos y sabía que podía llegar. Si ganamos, será lo mejor que puede pasar. Si no lo hacemos, y quedamos segundos, también es para estar contento. 

También es un premio para el club, que apostó por usted cuando el primer año no fue tan bueno. 
No salió bien, tuvieron paciencia, pero también eran conscientes de la situación. El proyecto era a largo plazo y sin hipotecar a Zierbena ni hacer locuras. Se fue trabajando con lo que había y mejorando el grupo. El  primer año no teníamos como objetivo lo que estamos haciendo ahora, no se podía plantear. Lo que sí queríamos era mejorar año a año, lo estamos haciendo y además está creciendo la estructura del club y trabajando con la base. Después también acerté. Hay que hacerlo con todo. Estos años se ven los resultados porque el equipo está más hecho. Ahora, al ser regulares, cualquier cambio que aplicas, lo notas de inmediato. Otras veces, intentas ajustar, pero si el equipo no es fiable o no es regular, es muy complicado hacerlo.  

¿Qué regata espera?
Ajustada y pelada, como todo el verano. Si cometemos algún mínimo fallo, nos van a ganar. Es lo que espero. Será muy difícil. Si podemos ganar, perfecto. Si está complicado, no podemos ganar, pero damos nuestro 100%... Nada, a estar tranquilos y seguir trabajando. 

¿Cómo se siente al estar a un paso de ganar la Concha?
Es algo especial, por el ambiente y porque nunca la gané. Cualquier remero que está metido en esto quiere ganarla. Viene la familia, está el club y quieres ganar para poder disfrutarlo. Ganar una Concha supone mucho. 

El pasado domingo, Urdaibai fue sancionado por tocar con los remos al invadir su calle. 
Fue una situación en la que los jueces no dudaron, pero alguno aún le estuvo dando vueltas a última hora. Además, el incidente es más de Urdaibai con los árbitros y con quien lo tenga que arreglar. Nosotros, a pesar de que nos quieran acusar de muchas cosas, está claro que estamos en nuestra calle, navegando por donde tenemos que navegar, y no tiene que venir ninguna trainera a molestar. Todos sabemos lo que hay. Si una ola te coge y te lleva, no puedes mantener el rumbo recto. Tienes que moverte y eso es lo bueno del remo. Si dejan moverse por las calles es para que cada uno maneje la trainera lo mejor que pueda. Si se permite, también hay que tener cuidado y respetar las normas. 

¿Cómo mantuvieron la calma? 
Ya procuramos hablar con los remeros para que esto suceda así. Cuando existe un toque o una rotura de remo o un incidente similar, el equipo tiene que seguir trabajando y al máximo. Después, siempre hay algún grito. Vas muy al límite y siempre cuesta volver al ritmo en el que estabas, pero respondimos bien. 


Tiene 42 años y sigue como remero-entrenador, ¿hasta cuándo? 
No es cuestión de verme bien o mal, puedo verme bien y estar regular. Hago los test con todo el mundo y, hasta el momento, doy el nivel. En el momento en el que tenga dudas de si tengo que remar o no, no lo haré. A igualdad de condiciones, tendrá que remar otro. Mientras pueda permitirme entrenar y mantener el nivel, remaré porque me gusta y porque me lo estoy ganando. Si tengo algún día en el que tengo un trece y me tengo que quedar fuera, lo haré. Pero sin regalar nada, como remero soy competitivo. Como entrenador, dentro del barco noto mucho más cómo va el barco. Para mí estar dentro es una ventaja, pero igual me falta la experiencia de verlo desde fuera. En ocasiones, tienes que hacerlo y ver a la gente para corregir cosas. Lo que me provoca es que tengo mucho más trabajo. Procuro entrenar por las mañanas cuando se puede y, por la tarde, poder estar con los remeros.n 
 

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