CELTA

Los nuevos, en segundo plano

Sergio paró dos penaltis de la tanda tras el primer partido ante el Sporting de Gijón.
photo_camera Sergio paró dos penaltis de la tanda tras el primer partido ante el Sporting de Gijón.

Lobotka estuvo inquieto pero indeciso y a Maxi le faltó conexión con el juego pero no actitud

La afición celeste siguió ayer con especial interés las evoluciones de dos de los tres fichajes ya cerrados este verano, dado que de Jozabed Sánchez ya tenía referencias de sobras por su cesión la segunda mitad de la pasada temporada en el Celta. Maxi Gómez y Stanislav Lobotka son las caras nuevas del equipo vigués y Juan Carlos Unzué los hizo coincidir en el once del segundo partido ante el Racing de Ferrol y ambos quedaron en un segundo plano dentro de un duelo más defensivo que ofensivo.
Maxi Gómez lleva más tiempo entrenando con el equipo celeste pero también juega en una posición menos participativa. El joven punta uruguayo demotró actitud desde el primer minuto, tratando de encontrar espacios dentro de un choque que el Racing planteó a defenderse dentro de su mitad del terreno de juego. Por lo tanto, los compañeros rara vez lo encontratron y apenas pudo realizar un remate –de cabeza– sobre la portería defendida por Makaay.
Con todo, el charrúa demostró que quiere agradar. Trató de jugar de espaldas a portería, ofreciéndose para recibir pases interiores con el fin de abrir después a bandas. Pero la ausencia de filtradores de pases –el que más lo buscó fue Fontás desde la retaguardia– le impidió ser decisivo.
Otro factor del juego que quiso explotar fue el de los desmarques, pero con una defensa tan atrasada apenas lo pudo hacer. Eso sí, se le vio pedir saques rápidos de faltas para romper con su entrada sorpresiva en el área a la defensa rival, pero le falta conjunción con sus nuevos compañeros para que estos conozcan de primera mano su capacidad de aceleración en trayectos cortos.
Como queda dicho, su único remate fue un testarazo en un saque de esquina. Ese poderío aéreo puede ser otra baza a explotar por Juan Carlos Unzué del voluntarioso ariete uruguayo.
Más presencia tuvo en el juego, al menos de salida, Stanislav Lobotka. De él se espera intensidad y la dio, mostrándose inquieto sin apenas un segundo de quietud durante los 45 minutos. Otra cosa es la idoneidad de movimientos. Estuvo activo en la presión, acompañando a Wass, pero se le vio mucho menos con el balón. Sí demostró, con acciones puntuales, que es capaz tanto de asociarse en corto como de filtrar algún que otro cambio de juego veloz a la banda contraria 
–jugó perfilado hacia la izquierda como interior y trató de encontrar a Beavue por la banda derecha–.
En definitiva, pequeños retazos de los dos nuevos que, de entrada, estuvieron en segundo plano.n

Te puede interesar