Berizzo y la plantilla rechazan que el equipo sufra un bajón físico en la recta final de los partidos
El Celta se ha adelantando en el marcador en los tres partidos de Liga disputados hasta el momento y sólo en uno, el primero ante el Getafe, logró mantener esa ventaja al final del choque. Además, los cuatro goles encajados por el equipo han sido dentro de la última media hora de los encuentros y sólo uno de los marcados entró dentro de ese periodo de tiempo.
Son datos que llevan a pensar que el equipo vigués está sufriendo un bajón físico en la recta final de los choques que le impide sacar todo el fruto posible a su buen juego. Sin embargo, durante al semana los jugadores han rechazado esta idea y ayer, el técnico Eduardo Berizzo explicó de forma prolija este parecer del grupo.
El argentino aclara, primero que ni el estilo de juego del equipo ni la tardanza en realizar cambios influye en su estado físico: "No creo que el sostenimiento de la presión en el tiempo nos desgaste. Luego, creo que los cambios tienen que ver con determinada circunstancia táctica a corregir o con alguna actuación que no está terminando de agradar. En cualquiera de los dos casos, existen errores y aciertos en partes iguales".
Y, a partir de ahí, razona su negativa a asumir el cansancio como factor determinante explicando los pormenores de los dos goles recibidos ante la Real Sociedad. "Diez minutos antes de recibir el 2-2, pusimos cinco jugadores nuestros en el área rival. Si hubiésemos estado cansados no lo podríamos haber hecho. En el 2-2, éramos siete futbolistas en nuestra propia área. Si hubiésemos estado fatigados no podríamos hacerlo", expone. Sí admite que "la semana de selecciones pudo haber influido en determinados casos, por ejemplo en el de Krohn, para terminar el partido más agotado de lo que suele hacerlo. Hay que revisar caso por caso, pero no una generalidad. El origen del problema no tiene que ver con lo físico. Ningún cansancio nos alejó de ganar y ninguna frescura física nos acercó a ganar".
El entrenador celeste considera que el problema real es no saber marcar el 'tempo' de los partidos. Por eso, se autoexige y exige al grupo "saber cerrar los encuentros, bien a través de una contra, interrumpiendo el juego o sabiendo sufrir cuando los rivales te obliguen a defenderte cerca de tu portería". De cansancio, nada de nada.n
