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Mucho más que una afición

Tomás Currás tiene como entrenador a su padre Javier.
photo_camera Tomás Currás tiene como entrenador a su padre Javier.

Tomás Currás trabaja para confirmar su condición de promesa del tenis gallego y español

Para Tomás Currás (Tandil, Argentina 2000) la raqueta es una prolongación de una de sus extremidades que maneja con tanta naturalidad como el brazo que la sostiene. Porque si a los dos años llegó a Vigo, apenas unos meses después asumió como propia la pasión de su padre, Javier, a la sazón entrenador de tenis y, ahora, el principal pulidor del brillante tenístico que posee el Real Club Náutico de Vigo.
A sus 14 años y casi tres meses, Tomás –campeón gallego sub-10, sub-12, sub-14, sub-16 y sub-18 y que ya ha asomado la cabeza en el absoluto– está acostumbrado a competir a nivel nacional e internacional. Semifinalista individual y dobles en el Nacional sub-12, campeón de España de dobles sub-14, campeón individual y dobles de Gran Canaria Yellow Bowl, subcampeón de dobles en Coimbra, dos presencias en los prestigiosos torneos Smirka Bowl en Croacia y Les Petites As en Tarbes (Francia)... Datos que hablan del presente de un jugador de futuro que se faja a diario en los entrenamientos en las intalaciones de los Abetos.
Trabaja sin prisa pero con ambición. Y con el impulso que da saberse reconocido desde hace años, como cuanto en 2010 fue declarado promesa del año por la revista "Tenis World". "Te da la sensación de que estás en el tren de los mejores. Pero de eso ya pasaron unos cuantos años y ahora intento trabajar para seguir ahí", comenta Tomás. Eso sí, a pesar de su corta edad, no se arruga al asegurar que el tenis ya no es un mero 'hobby' para él: "Sobrepasé esa etapa. Ahora hay que trabajar mucho".
Centrado en seguir creciendo como tenista, practica como entretenimiento otros deportes como el fútbol o el tenis de mesa. Pero tiene muy claro su elección y la explica: "El tenis es un deporte muy difícil y sacrificado. Te enseña muchas cosas para el día a día de la vida". Así valora un deporte que empezó a practicar no por prescripción familiar, sino por ejemplo paternal. "Empecé porque me gustaba y acompañaba a las clases que daba mi padre", narra.
Once años después, ya inmerso en la rueda competitiva, se fija como objetivo inmediato "seguir jugando torneos nacionales e internacionales y seguir estando entre los primeros clasificados. O, al menos, intentarlo".
Agradecido al apoyo que recibe de sus padres, intenta plasmar en la pista un carácter fuerte no exento de calidad. Así, cuando se le pide que defina su estilo, afirma que "intento ser sólido y luchador. Trato de atacar las veces que pueda". Concretando un poco y tomando como ejemplo dos referentes del tenis actual, Tomás asegura que "soy más de Nadal, pero Federer tiene una clase de locos". Eso sí, como referente principal no ha tomado a ninguno de estos dos tenistas, sino a otros español: "David Ferrer es un ejemplo para mí".

En el 'Future' del Club de Campo
Con esos mitos en el horizonte de los deseos, el joven tenista vigués  sigue entrenando a diario bajo la supervisión de su padre. Y así quiere seguir por el momento, a pesar de que ya le han ofrecido integrarse en alguna de las escuelas de primer nivel: "Me lo han planteado, pero por ahora estoy bien aquí con mi padre y mis compañeros".
Y en Vigo también vivirá este mismo verano su primer contacto con los 'Futures' del calendario internacional, al disputar la calificación del tradicional torneo del Club de Campo: "Aunque es muy pronto para mí por mi edad, espero hacerlo lo mejor posible".n

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