CELTA-DEPORTIVO

Más novatos que veteranos

Borja Fernández y Álex López, antes del entrenamiento de ayer en las instalaciones de A Madroa.
photo_camera Borja Fernández y Álex López, antes del entrenamiento de ayer en las instalaciones de A Madroa.

Sólo ocho de los veintidós futbolistas del Celta han jugado un derbi contra el Deportivo

Al derbi gallego le ha faltado continuidad en los últimos años. El descenso del Celta en 2007 y el del Deportivo en 2013 dejaron al fútbol de la comunidad sin su partido de referencia en cinco de las siete últimas temporadas. Por eso no es de extrañar que en la plantilla celeste sean más los futbolistas sin experiencia en este tipo de encuentros –catorce– que aquellos que ya saben lo que es jugar contra el eterno rival, que son ocho: Oubiña, Jonny, Mallo, Augusto, Krohn-Dehli, Cabral, Orellana y Álex López. El centrocampista ferrolano afronta el duelo de esta noche "con ganas" de volver a disfrutar de lo que califica como "una experiencia inolvidable". Mientras, entre los debutantes destaca el caso de Borja Fernández, todavía con ficha del filial y que hoy tendrá la oportunidad de vivir desde dentro su primer derbi en la máxima categoría, en principio en el banquillo y quizás también sobre el césped de Balaídos.
"Estoy con muchas ganas, con mucha ilusión, deseando que llegue la hora de empezar porque jugar un derbi es una experiencia inolvidable", asegura Álex, que se ha vestido de corto en tres derbis con un balance de un empate y dos derrotas y, por tanto, espera conseguir su primer triunfo. "Es la fiesta del fútbol gallego y tenemos ganas de brindar una victoria a nuestra afición, de volver a ganar en partido oficial al Deportivo", explica, restando importancia a la victoria por 2-0 lograda este verano en el Trofeo Federación Gallega de Fútbol, disputado en Pasarón.
Álex sabe qué es lo que se va a encontrar esta noche en Balaídos y Borja lo intuye mientras cuenta cómo transcurren para él las horas previas. "Se llevan con nervios, pero sobre todo con mucha ilusión, ganas de que empiece y ganas de ganar. Es una sensación especial, diferente a los derbis que juegas en categorías inferiores, porque ya estás en Primera División, hay mucha gente pendiente de este partido y toda la ciudad se vuelca con el equipo. La verdad es que estoy muy ilusionado", reconoce el centrocampista vigués. "Va a ser el primer partido que viva con el campo así. Creo que será una situación muy bonita que no voy a olvidar. Estoy deseando que llegue el momento", añade.
Entre los novatos en estas lides hay jugadores que tendrán que esperar por otra oportunidad –caso de Mina, Costas y Madinda, fuera de la convocatoria– y otros que debutarán con casi total seguridad. Canteranos como Sergio –que ha vivido varios desde el banquillo– y recién llegados como Planas, Radoja o Larrivey a los que los veteranos ya han transmitido la relevancia del derbi. "Desde el día que llegan, preguntan y se habla de los partidos marcados en rojo en el calendario y siempre les decimos que el más especial es éste. El ambiente que se vive es único y van a disfrutar de una experiencia inolvidable. Además, para todos los celtistas significa mucho que hagamos un buen partido y consigamos la victoria", explica Álex. Aunque, evidentemente, no hay nada como vivirlo en primera persona. "Es algo que no se puede explicar, que cada uno lleva dentro. Todos sabemos qué tipo de partido es, que es muy bonito de jugar pero al mismo tiempo muy tenso", dice por su parte Borja Fernández, que ha sentido esta rivalidad desde que siendo un niño entró en las categorías inferiores del Celta. "Cuando eres pequeño ya es el partido que esperas durante toda la liga, enfrentarte a tu gran rival. Aunque sea en categorías inferiores, siempre hay mucha gente pendiente, pero ahora estamos en Primera División y las sensaciones se multiplican. Estoy seguro de que va a ser una gran experiencia", afirma.
Para novatos y veteranos, el objetivo es común: ganar a un Deportivo que visita Balaídos tres días después de encajar ocho goles ante el Real Madrid. Pero eso, apunta Álex, no le convierte en un rival menos peligroso. "La derrota del sábado no significa nada porque en un derbi no influyen estas cosas. No hay favoritos y el partido va a ser muy igualado. Las sensaciones previas no sirven de nada. Un derbi es un partido especial, diferente al resto, y tenemos que estar muy concentrados en todos los detalles y dar lo mejor de cada uno", apunta el ferrolano, deseoso de "volver a ganar para hacer de Balaídos un fortín del que se escapen los mínimos puntos posibles".n

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