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Una amistad numantina

Juan Carlos Unzué y Pablo Machín gritaron en su día desde el mismo banquillo en tierras sorianas
photo_camera Juan Carlos Unzué y Pablo Machín gritaron en su día desde el mismo banquillo en tierras sorianas

Machín, técnico del Girona, tiene en Unzué un referente tras ser su segundo en Soria

AJuan Carlos Unzué (Pamplona, 1967), entrenador del Celta, y Pablo Machín (Soria, 1975), entrenador del Girona, los separan ocho años pero los une multitud de factores más. Entre ellos, una amistad nacida en la temporada 2010/2011, cuando el navarro ocupó el banquillo del Numancia y tuvo a su lado como segundo al soriano, y forjada desde entonces en múltiples coincidencias futbolísticas.
Cuando habla de su formación, larga y progresiva, Machín siempre se acuerda de Unzué, pese a que realmente sólo coincidieron una campaña tras la que el ahora técnico celeste dejó el banquillo soriano. En su currículum tiene, además, otro precedente con aroma céltico, ya que en sus primeros pasos fue preparador de porteros a las órdenes de Miguel Ángel Lotina también en el Numancia.
El preparador soriano está siendo esta temporada en Primera, como lo fue la pasada en Segunda, un claro referente para quien gusta de la táctica futbolística. Su sistema 3-5-2, con dos carrileros muy ofensivos y, sobre todo, con un cubo en el centro del campo al formar dos líneas con dos mediocentros y dos mediapuntas, no sólo llama la atención, sino que se está demostrando efectivo en un equipo recién ascendido y que está metido de lleno en la pelea por Europa.
En esa evolución táctica es donde resultó clave para él la coincidencia con Unzué en el Numancia. "Fue enriquecedor", reconoció hace escasos días en "El Periódico". Se refiere a que el ahora entrenador celeste tuvo la valentía de llevar a un equipo de Segunda la idea culé del juego posicional, de pensar en el ataque ordenado como arma para castigar la portería contraria y como manera de defenderse mejor tras pérdida. Además, Machín valora la libertad que le dio para el diseño de las acciones a balón parado –"a los dos nos gustaba"– e incluso, con la confianza que les une, asume que él también ayudó a evolucionar la idea de Unzué para adaptarla a equipos de menor calidad individual. En cualquier caso, el ahora técnico del Girona considera que su amigo "hizo mejores a los futbolistas" y resalta de él que mientras el resto de entrenadores comenzaba forjando los equipos desde la defensa, sobre todo en la categoría de plata, él lo hacía desde el ataque.

Admiración mutua
Esa admiración del, por entonces, aprendiz a su maestro tiene ahora una doble dirección. Porque Unzué tampoco oculta que tiene predilección por Machín, una apuesta personal corroborada por los resultados. Así, el pasado sábado nada más terminar el partido contra el Eibar, al técnico celeste se le preguntó cuál es el entrenador que, por lo realizado hasta la fecha en la presente temporada, le parecía merecedor del premio al mejor técnico. Y contestó: "Deprisa y corriendo, pero aún así creo que no me voy a equivocar, sería Pablo Machín, del Girona".n

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