segunda división b

La ligereza salió ganadora

Brais Méndez fue el autor del segundo tanto celeste, que llegó cuando más apretaba el Pontevedra.
photo_camera Brais Méndez fue el autor del segundo tanto celeste, que llegó cuando más apretaba el Pontevedra.

El Celta B inició la temporada con una peleada victoria en el derbi ante el Pontevedra

Es el granate un color contundente, casi espeso. Es el azul celeste un color liviano, casi etéreo. La cromoterapia futbolística parió un derbi con un Pontevedra muy físico, buscando el balón y el campo rival por la táctica de la invasión, y un Celta B de ras de suelo y diseño de líneas que se buscaba la vida por el camino del convencimiento. Ganaron los locales porque acertaron más de cara a la portería rival o porque erraron menos atrás. O por las dos cosas. 
Esa capacidad para la ligereza provocó un arranque de partido eléctrico en el filial celeste. Todavía se situaban los jugadores sobre el campo y los espectadores en la repleta grada de Barreiro cuando Brais encontró su primer balón entre líneas y puso un buen centro en el corazón del área que Drazic remató de forma acrobática y efectiva colándose entre la defenda pontevedresa. Antes del primer minuto, gol del jugador llegado desde el primer equipo a pase de uno de los canteranos con más opciones de contar para Juan Carlos Unzué esta temporada. Juan Hernández, escasos segundos después, pudo hacer el segundo al regatear con habilidad al borde del área y exigir una gran parada a Edu. El Pontevedra no despertaba.
Pero la avalancha fue tan fugaz como efectiva. Poco a poco, hubo que ir apostando por otras facetas del juego y ahí se empezó a ver el funcionamiento colectivo de los dos equipos. El Pontevedra quiso ir ganando consistencia a base de una demostración física. Al choque, fue enviando el mensaje a los célticos de que la técnica no les iba a bastar. Y esa pelea, sin Eckert en la lista por razones burocráticas, la sufrió especialmente Juan Hernández, teniendo que hacer de nueve físico cuando su fútbol no es ése. Sin ese escalón táctico, el Celta B tuvo que tirar de la velocidad como recurso para intentar desarbolar a la retaguardia granate, que ya no sufrió tanto. De hecho, el único camino que encontraron los de Rubén Albés en esos minutos fueron las faltas laterales colgadas sobre el área.
A base de aburrir o de golpear, con la anuencia arbitral, las livianas líneas celestes -con Alberto Solís ejerciendo de mediocentro en fase defensiva (pasando de 4-2-3-1 a 4-1-4-1 con naturalidad)-, el Pontevedra fue ganando en confianza. Y encontró en su banda derecha la manera más sencilla de empezar a conocer al meta celeste, Sotres. Aunque, siempre, de lejos. Miguel ensayó centros que no encontraron rematador, pero el juego ya había llegado a la mitad de campo celeste. Sin grandes ocasiones, con alguna que otra tarjeta y con mucho calor, el partido se fue al descanso.
Toda la emoción que fue languideciendo en la primera parte regresó de golpe en el arranque de la segunda. En apenas cinco minutos, pudieron marcar para el Pontevedra Prosi y Echaniz y Juan Hernández para el filial. Luisito ya había hecho dos cambios en el descanso que soltaron a su equipo y hubo más ida y vuelta, con fútbol cerca de las dos áreas, por posicionamiento y posesión en el caso granate, por velocidad en el caso céltico. El agobio era más celeste, pero también las llegadas más claras, con Brais perdonando de nuevo el segundo.
Mientras Drazic salía del campo mareado, el empuje de Prosi y las caídas a banda de Añón -salió Riki para intentar pararlo- hacían daño a un Celta B cada vez más encerrado y con cada vez menos llegadas al área granate. Cada saque de esquina era un pequeño suplicio y alguno no acabó en gol por pura carambola.
Parecía que el empate era cuestión de tiempo. Pero esa ansiedad por llegar fue provocando errores atrás en el Pontevedra y, en uno de ellos, Brais sí acertó con la potería. Su tiro cruzado lo tocó Edu, pero no lo suficiente. Como tampoco lo fue ese gol para frenar al Pontevedra. Todo lo no logrado en 87 minutos apareció súbito. Añón acortó distancias en un balón colgado y peleado por Echaniz. Mouriño pudo empatar en el descuento, pero Sotres lo impidió.

Celta B:
Sotres; Juan Ros (Riki, min.77), Robert Costa, Diego Alende, Pampín; Rai, Alberto Solís (Dani Molina, min.83); Agus, Brais Méndez, Dejan Drazic (Pastrana, min.69); Juan Hernández.
Pontevedra:
Edu; Goldar, Mongil, Bruno (Prosi, min.46), Jimmy; Miguel, Kevin, Álex Fernández, Jorge (David Añón, min.46); Carlos Ramos (Mouriño, min.61), Echaniz.
Goles:
1-0, m.1: Dejan Drazic; 2-0, min.81: Brais Méndez; 2-1, min.87: David Añón.
Árbitro:
Jaime Ruiz Álvarez (Asturias). Amonestó al local Diego Alende y a los visitantes Bruno y Carlos Ramos.
Incidencias:
Municipal de Barreiro, con algo más de 1.000 espectadores en la grada.

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