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Ley seca en Balaídos

Los aficionados de Río siguieron el partido tratando de refugiarse del intenso sol de ayer.
photo_camera Los aficionados de Río siguieron el partido tratando de refugiarse del intenso sol de ayer.

El intenso calor marcó el debut liguero especialmente en el graderío de Río, en obras, sin cubierta y sin agua para paliar la sed

El primer día de la temporada en Balaídos estuvo marcado, cómo no, por la derrota del Celta pero, también, por el intenso calor. La meteorología obligó a la afición a un sobreesfuerzo anímico, sobre todo a los que ocuparon su lugar en las dos gradas de Río, la zona del campo sujeta ahora mismo a los rigores de la profunda reforma que está acometiendo el Concello.
La mayoría de los asientos de estas gradas estuvieron disponibles –a última hora, el club tuvo que reubicar en Tribuna Baja a algunos de los abonados con asientos en la línea más cercana al campo en Río Alto– y en los pasillos se pudieron apreciar algunos avances, como el suelo o los baños. Pero la ausencia de la cubierta, cuya construcción comenzará el próximo martes, y la falta de agua en las habituales cantinas se unieron al intenso calor para provocar el malestar en muchos de los aficionados, que lo hicieron público con cánticos. El Celta pidió disculpas, a través de las redes sociales, a los abonados y aficionados por esa falta de bebidas en la grada. 
Ahora, restan tres semanas para el siguiente partido en casa. Tiempo para paliar errores.

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