CARLOS COLINAS. Entrenador del Celta Selmark

"Sin las lesiones, habríamos llegado a la fase de ascenso"

Carlos Colinas ha cumplido la tercera temporada al frente del equipo.
photo_camera Carlos Colinas ha cumplido la tercera temporada al frente del equipo.

El Celta Selmark cerró el pasado sábado su segunda temporada en la Liga Femenina 2 con un meritorio quinto puesto y con opciones de clasificarse para la fase de ascenso hasta la última jornada. 

Todo un éxito para un equipo formado casi exclusivamente por jugadoras de la cantera –sólo fichó a dos jugadoras el pasado verano: Begoña Pallardó y Nogaye Lo– y extremadamente joven, con una media de edad de apenas 18 años al comienzo de la campaña. Su entrenador, Carlos Colinas, se muestra muy satisfecho de un grupo con vocación de continuidad.

¿Qué balance hace de la campaña que acaba de terminar?
Muy bueno. El balance de la temporada sólo sería mejor si hubiéramos llegado a la fase de ascenso, que no era un objetivo prioritario del club, y por supuesto si el equipo hubiera ascendido. Porque aunque numéricamente acabamos en la misma posición que la temporada pasada, el mérito de este año es mucho mayor.

Por la conformación de la plantilla, claro.
Recuerdo que en septiembre me preguntaban cuándo llegaba esa jugadora que faltaba y al final nunca llegó porque teníamos muy claro el perfil de jugadora que necesitábamos para completar la plantilla y porque íbamos viendo que la respuesta del grupo era mucho mejor de lo que podíamos esperar con gente tan joven. Desde el primer momento, las sensaciones con el bloque de jugadoras en los entrenamientos y en competición han sido fantásticas y aunque sabíamos que íbamos a pasar momentos difíciles, que íbamos a ser irregulares, preferimos arriesgar antes que traer a alguien que no encajara.

¿Desde el cuerpo técnico esperaban un año tan exitoso?
Sinceramente, no. Sí es cierto que cuando estructuramos la plantilla lo hicimos con la perspectiva de que determinadas jugadoras tuvieran un papel muy protagonista. Entendíamos que si no les hacíamos hueco, la juventud las iba a relegar a un segundo plano, y ahí apostamos fuerte por Marta Canella y María Araújo. Pero sobre todo, lo que nos sorprendió es que la respuesta del grupo fue muy buena desde el principio.

¿Le ha sorprendido lo que han crecido en un curso jugadoras como Canella y Araújo?
Marta (Canella) es una jugadora muy madura y en la valoración final no me sorprende tanto. Si lo analizas, ha rendido en todas las posiciones y ha terminado prácticamente como un falso pívot. Es muy completa, versátil y con mucho baloncesto en la cabeza. Quizás nunca había tenido un espacio de juego tan grande como este año, con lo cual a ella la confección de la plantilla le ha venido muy bien. María (Araújo) es más inmadura, más joven y todavía con mucho recorrido, pero quizás es la más talentosa del grupo. Entonces han sido sorpresas relativas. A nosotros nos ha sorprendido especialmente la respuesta de las dos niñas de 16 años, Ángela Coello e Isa Herbello. Su buen rendimiento ha sido muy extraño porque el año pasado estaban jugando la liga cadete, empezaban la campaña con 15 años y sin experiencia de selecciones españolas, como pueden tener Araújo o Canella.

¿De no haber sufrido las lesiones de Nogaye Lo y Débora Rodríguez, el Celta Selmark estaría en la fase de ascenso?
Sí, estoy convencido. Nogaye ha jugado nueve partidos de la liga regular, menos del cincuenta por ciento. Y Débora, ya desde el principio de la segunda vuelta, estaba muy tocada. Siempre te queda la duda, pero viéndolas trabajar durante todo el año y, sobre todo, en el punto anímico en el que estaba el equipo a mitad de la segunda vuelta, cuando vuelve a lesionarse Nogaye y Débora se queda fuera, creo que hubiéramos estado entre los cuatro primeros.

¿Se mantendrá el bloque para la próxima temporada?
Aún no hemos hablado con nadie, pero nuestro planteamiento es un proyecto a tres años y esperamos que continúe el 85 o el 90 por ciento de la plantilla. Nosotros enfocamos esta temporada como la primera de un ciclo de tres para devolver el club al lugar donde siempre había estado. n

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