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Las lágrimas fueron de tristeza en la épica

Estela Doiro es arrollada por una jugadora del Krasnodar Kuban en una acción de lanzamiento en el encuentro                                               disputado ayer en A Sangriña.
photo_camera Estela Doiro es arrollada por una jugadora del Krasnodar Kuban en una acción de lanzamiento en el encuentro disputado ayer en A Sangriña.

El Mecalia Atlético Guardés, que siempre fue por detrás en el marcador, apuró en los minutos finales y se quedó a dos goles de eliminar al Krasnodar Kuban

Un duelo épico, pero no era el día. El Mecalia Atlético Guardés desafió ayer a la lógica deportiva, a la fortaleza del rival, a los propios conceptos del balonmano y también a sus errores en un partido en el que cometió un listado casi interminable de fallos, especialmente en momentos clave, pero a pesar de todo ello llegó al final con opciones de clasificarse para la fase de grupos de la Copa EHF por primera vez en su historia ante un Krasnodar Kuban que supera a las del Baixo Miño en centímetros, kilos, presupuesto, historia, pero no en corazón y, probablemente, tampoco en capacidad táctica y visión del balonmano. Sobre los dos últimos conceptos y el factor A Sangriña, que apretó como en las grandes citas, se sustentó la resistencia local, a pesar de estar muy lejos de firmar el partido perfecto que se antojaba imprescindible para superar la eliminatoria.

La tarde comenzó a torcerse a los cinco minutos de partido y con 3-3 en el tanteador. El Krasnodar Kuban, escaldado por el enfrentamiento de hace una semana en Rusia, apostó por ciertos cambios en la primera línea, que jugaba más abierta y trataba de explotar la fuerza y peso de Matlashova en el pivote. Menos trayectorias largas y más percusión en el dos para dos y en el uno para uno. Lo pagó el Guardés que reculaba más de los que quería José Ignacio Prades y, ante la alta eficacia en ataque visitante, las locales bajaron el ritmo anotador y quedaron estancadas en cinco goles a lo que se añadió algún pase al rival. Además, Estela Carrera no aparecía. 
Paró el enfrentamiento José Ignacio Prades con 5-8 para recordar las órdenes a sus jugadoras en la retaguardía. "Salimos más o pasamos a jugar en 5.1", se pudo escuchar en el tiempo muerto. Sería un error por parte del técnico porque, tras lo que sucedió después, no debería haber dado el aviso, la decisión era inmediata. La defensa en avanzado con África Sempere llegó cuatro minutos más tarde, pero el marcador ya era de 6-13. El parcial era demoledor, un 1-6 duro, que comenzaba a hacer practicamente irremontable el cruce.
A pesar de que el Guardés no tenía el día, el 5.1 igualó el partido. Trefilov también paró el partido para adaptarse a la nueva configuración pero su equipo no terminó de hacerlo porque Frolova, la central, no lo hizo. Una jugadora determinante. También contribuyó Carrera, que comenzó a encontrar balones debajo de los palos locales.
Antes del descanso consiguió detener la sangría el conjunto del Baixo Miño, a pesar de que comenzó su carrusel de equivocaciones. Fallo tras fallo que fueron un lastre durante todo el encuentro. Sara Bravo marcó sobre la bocina tras varios errores desde el extremo para poner el 11-16 en el descanso y desencadenar los gritos del Trefilov dirigidos a la extremo Savinova. Igual se escucharon más que los bombos de O Inferno, lo que es mucho decir. 
A la vuelta de los vestuarios las cartas estaban marcadas. Con un Guardés que tenía que contener el juego ofensivo del Krasnodar Kuban y también mejorar sus números para la remontada. Estela Doiro, que antes del descanso combinó aciertos con errores, mostró su versión de central de quilates en la reanudación. Corrió, pasó y marcó y, bien secundada por Paulina Pérez y una Sempere sobresaliente como pivote pequeña entre torres rusas, el equipo de A Guarda se agarró al partido ante un equipo ruso que mantenía la renta entre los cinco y los siete goles en un duelo extraordinariamente veloz.
No obstante, quedó claro que no era el día de la clasificación para el Guardés. En cada ocasión que la formación local tenía opción de entrar en el partido llegaba un error clave. Egozkue, casi siempre fiable, ayer falló dos lanzamientos en los seis metros y un contraataque en el que le resbaló el balón. También falló Sempere en una vaselina poco recomendable. Erró un siete metros el conjunto de A Guarda y Carrera en la apertura de una contra. Del 23-26 al 22-27. 
El detalle que resume el partido de ayer fue la equivocación de la capitana Doiro en una nueva transición. Tras una segunda mitad sublime, se lanzó al campo contrario y cometió falta en ataque cuando su equipo podía ponerse a tres goles. Y, a pesar del listado de errores, el Guardés tuvo opciones hasta el final. Lágrimas, orgullo y corazón.

Mecalia Atlético Guardés: 
Carrera (p.), Ezbida (p.s.), Sempere (6), Egozkue (3), Doiro (6), Méndez (1), Campos (5), Lorena Pérez (2), Bravo (1), Kurchankova (1), Paulina Pérez (5), Espiñeira (1), Urban, Carla Gómez. 
Krasnodar Kuban: 
Samarskaya (p.), Khristenko (p.s.), Kaplina (p.s.), Davidenko, Samoilenko, Golub (7), Savinova (5), Gariaeva (6), Golikova, Matlashova (6), Bashkirova, Davletbaeva, Skorobogatchenko (2), Dudina (2), Barkalova (2), Frolova (3). 
Parciales: 
3-3, 5-7, 6-9, 7-13, 10-14, 11-16 (desc.), 13-19, 15-21, 18-25, 23-27, 27-31, 31-33. 
Árbitros:
Miljan Vesovic y Novica Mitrovic. Excluyeron a Sempere, Egozkue y Carmen Campos por el Mecalia Guardés y a Golub, Gariaeva (2), Golikova, Barkalova y Frolova por el Krasnodar Kuban. 
Incidencias:
Partido correspondiente a la vuelta de la tercera ronda de la Copa EHF disputado en el pabellón de A Sangriña, que presentaba un lleno. Unas 600 personas. 

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