La plantilla del Celta vivió ayer una atípica jornada dentro de su concentración en Marbella, que comenzó hace justo una semana. El cuerpo técnico celeste, encabezado por Eduardo Berizzo, programó una sola sesión de trabajo por la mañana y, a partir del mediodía, los futbolistas tuvieron varias horas libres, que dedicaron a hacer turismo o por la misma Marbella o por Puerto Banus.
A este último destino se desplazó la mayor parte de los jugadores célticos, quienes pudieron comer en la zona portuaria y disfrutar después de unas distentidas horas a pleno sol, llamando la atención de algún que otro aficionado presente.
Hoy, vuelta a la realidad con otra doble sesión de entrenamiento. Fue bonito mientras duró.