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La plantilla del Celta posa exultante en el vestuario del OSK Metalist tras consumar la remontada.
photo_camera La plantilla del Celta posa exultante en el vestuario del OSK Metalist tras consumar la remontada.

La veintena de célticos presentes en Ucrania tendrán en su memoria otra noche épica

El 3 de noviembre de 1998, el Celta visitaba el Villa Park en la primera ronda de la extinta Copa de la UEFA con un 0-1 en contra de la ida en su conciencia. Aquel 1-3 ante el Aston Villa en Birmingham era, hasta ayer, la única remontada realizada a domicilio por el conjunto vigués en competición continental. Ahora, el celtismo ya tiene otra noche histórica en su bagaje emocional. Y qué noche.
Dieciocho años entre uno y otro hito. Pero el de ayer con menos testigos directos. Lo complicado del desplazamiento provocó que apenas una veintena de seguidores del Celta estuviesen ayer presentes en el OSK Metalist . Y con el susto previo en el cuerpo del incidente con un grupo de ultras a primera hora de la tarde de parte de ellos.
En un estadio que reunió a 33.000 espectadores, hacerse notar era harto complicado. Pero en el vuelo de ida se había creado ya una relación íntima entre el equipo y los celtistas que hacía que se reconociesen con la mirada cuando éstas se cruzaban.
A diferencia de en Birmingham, cuando el Celta fue superior al Aston Villa con claridad, lo de anoche fue un partido increíble que se acabó disfrutando pero que hizo sufrir también. Y mucho. El partido se acercaba al final con la eliminación acechando pero ya por entonces los veinte sufridores estaban orgullosos de su equipo.
Después, con el penalti y la prórroga, ya todo fue disfrutar hasta el pitido final. Entonces, el equipo se reencontró con los aficionados. Hubo regalo de camisetas, abrazos por doquier y confidencias en un vuelo de vuelta que compartieron con el equipo. A primera hora de la mañana aterrizaron en Vigo y fueron recibidos por algunos celtistas que alargaron la celebración.
Después del choque, Berto y Samuel, los dos aficionados de Preferencia que viajaron por su cuenta, recibieron del Celta el ofrecimiento de unirse a la expedición del equipo, evitando así un largo regreso a través de Varsovia.n 

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