CELTA

El irrefrenable crecimiento del Celta

2014/2015 (1ª) - 8º - 51 pts.
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El equipo vigués acumula seis temporadas consecutivas mejorando su rendimiento con respecto al curso anterior                                          y Europa se perfila como la próxima meta

El Celta no para de crecer. Lo ha hecho de manera continuada desde la temporada 2009/2010, de forma paralela a su saneamiento económico y con un ascenso a Primera División de por medio. Su evolución ha sido progresiva. Pasó de evitar el descenso a Segunda B y su probable desaparición gracias al inolvidable doblete de Iago Aspas contra el Alavés en la temporada 2008/2009 a salvarse con mucha más holgura en la 2009/2010, en la que Eusebio Sacristán puso los cimientos del proyecto de cantera que el club ha convertido en su  bandera. Con Paco Herrera en el banquillo, el equipo disputó primero la promoción de ascenso perdida en Granada en 2011 y un año más tarde regresó a Primera. Ya en la máxima categoría, el Celta sufrió lo indecible en la campaña de su estreno y, tras la destitución de Herrera, acabó alcanzando la permanencia en la última jornada  con Abel Resino y de una manera casi milagrosa. Con Luis Enrique también se sufrió en la primera vuelta –el Celta estaba en puestos de descenso en la décimo octava jornada–, pero después de una espectacular segunda parte de la temporada se alcanzó el objetivo de la permanencia con holgura. Tras la marcha del técnico asturiano al Barcelona, Eduardo Berizzo se puso al frente de un equipo que ha vuelto a superarse a sí mismo. El Celta ha acabado la Liga octavo (el curso pasado fue noveno) con 51 puntos (por los 49 obtenidos con Lucho) y peleó por Europa hasta la penúltima jornada. El objetivo ahora es seguir creciendo y en el vestuario celeste aseguran que luchar por una plaza en una competición europea será posible siempre y cuando el club sea capaz de mantener el bloque de esta temporada.
El punto de inflexión coincidió con el debut de Iago Aspas en Balaídos. El Celta se jugaba la vida con el Alavés. Era la antepenúltima jornada de la temporada 2008/2009 y urgía una victoria para eludir un descenso que amenazaba con ser sinónimo de desaparición y, de paso, hundir a los vitorianos. El marcador no se movió hasta que Aspas apareció en escena para disputar su primer partido oficial con el Celta en Balaídos, un año después de debutar con el primer equipo en Salamanca. Marcó el 1-0 en el minuto 80 y, tras el empate del Alavés, firmó el gol de la permanencia en el 89. Aquella tarde de junio, el delantero de Moaña comenzó a labrar su leyenda y la cantera empezó a ganar protagonismo.
Eusebio Sacristán, que salvó al equipo tras coger el testigo de Pepe Murcia mediada la temporada, siguió al frente del equipo. Apostó por la cantera con una valentía de la que apenas obtuvo réditos, pero que sirvió para sentar las bases del éxito futuro. El Celta no pudo pelear por el ascenso, objetivo con el que inició una campaña en la que llegó al club el director deportivo Miguel Torrecilla, pero finalizó el campeonato en la duodécima posición –lejos del descenso– y brilló en la Copa del Rey, en la que alcanzó los cuartos de final después de eliminar a dos equipos de Primera.
Eusebio no siguió en el Celta y Paco Herrera ocupó su lugar en el curso 2010/2011. Con la llegada del técnico catalán y jugadores claves como De Lucas o David Rodríguez (que regresaba a Vigo tras un año en Primera con el Almería), el conjunto celeste dio un salto de calidad. Por primera vez, en su cuarta temporada consecutiva en Segunda, peleó por el ascenso. Una mala segunda vuelta le alejó de las dos primeras posiciones y le obligó a disputar la promoción de ascenso, que precisamente se estrenaba esa temporada. El Granada fue su primer rival. La ida se jugó en Balaídos y el Celta ganó 1-0 con un gol de Michu. En la vuelta, en el infierno en que se convirtió el estadio de Los Cármenes, el partido se decidió en los penaltis tras 120 minutos que culminaron 1-0 merced al tanto del ahora jugador del Celta Fabián Orellana. Michu tuvo el pase a la final en sus botas, pero chutó fuera con el excéltico Roberto Fernández batido y Catalá marró el lanzamiento definitivo.
Tras rozar el ascenso en 2011, el equipo se ganó el billete de regreso para la máxima categoría en 2012. Lo hizo por la vía directa tras un emocionante duelo con Deportivo y Valladolid que se saldó a favor de los dos conjuntos gallegos. Los pucelanos también acabarían subiendo a Primera, pero en su caso en el 'play-off' de ascenso. El Celta, de nuevo con Paco Herrera en el banquillo, firmó una temporada espectacular y acabó segundo la Liga con 85 puntos. La evolución en las cuatro últimas temporadas en Segunda fue evidente. El equipo acabó con 48 puntos en 2009, con 52 en 2010, con 67 en 2011 y con 85 en 2012 para ser décimo séptimo, duodécimo, sexto y segundo en la tabla, respectivamente.
Después de cinco años en el infierno, el Celta regresó a Primera División en la temporada 2012/2013. La primera vuelta no fue mala, sobre todo en lo que a juego se refiere, pero una mala racha de siete partidos sin ganar que llevó al equipo a la zona de descenso acabó costándole el puesto a Herrera. Abel Resino, su sustituto, alcanzó el objetivo para el que se le contrató y salvó al Celta, aunque de una manera poco menos que milagrosa, tras remontar una desventaja de cuatro puntos con tan solo dos partidos por disputarse.
La historia cambió el curso pasado. Con Luis Enrique se sufrió en la primera vuelta (19 puntos en el ecuador de la temporada), pero la segunda parte del campeonato fue espectacular. El Celta sumó 30 puntos y se salvó con holgura para acabar en la novena posición. Parecía difícil superar lo logrado por el técnico asturiano, pero Eduardo Berizzo lo consiguió con la victoria del sábado sobre el Espanyol, que situó al conjunto celeste en la octava posición de la tabla con 51 puntos para poner punto final a una temporada en la que peleó por Europa hasta la penúltima jornada. Ahora, toca seguir creciendo.

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