ascenso del rápido

Los irreductibles de Bouzas en su ascenso

Los jugadores del Rápido de Bouzas celebraron el ascenso sobre el campo del Peralada tras un partido que finalizó con 2-2 en el marcador.
photo_camera Los jugadores del Rápido de Bouzas celebraron el ascenso sobre el campo del Peralada tras un partido que finalizó con 2-2 en el marcador.

El Rápido de Bouzas culminó en Peralada una hazaña impredecible que fue muy celebrada sobre el césped con emoción por jugadores, técnicos y aficionados

Una historia especial para los jugadores del Rápido, un momento para guardar en la memoria y para contar cuando terminen sus carreras. La plantilla del conjunto vigués, como muchas en Tercera División, es una mezcla de jóvenes con ilusión y veteranos con mil batallas en el fútbol aficionado y que perdieron el tren del profesionalismo. Algunos apuntaban alto y dejaron escapar el tren, otros quedaron a las puertas de los grandes clubes y, otros, simplemente, no estuvieron en el lugar que debían o no dieron para más.
Ayer, con mucho trabajo y ante un rival teóricamente superior, obtuvieron un ascenso de trabajo e ilusión. La formación viguesa carecía de primas o estímulos para el ascenso porque, de hecho no tenía como objetivo esta meta. 
Sobre el Municipal de Peralada estalló la alegría de los vigueses. Hubo más de una lágrima, muchos abrazos e, incluso, cánticos para recordar a Baltasar Pujales, histórico presidente de la entidad fallecido en mayo del pasado año. Nunca pudo ver a su equipo en Segunda División B.
A la celebración en el campo se unieron el centenar de aficionados que empujó a los boucenses entre más de un millar de gerundenses. Por momentos, especialmente tras los goles y al final del partido, se escucharon sus gritos. Había amigos, familiares y emigrantes convertidos en aficionados por un día por proximidad. 
Los jugadores continuaron la celebración en el vestuario y después en el restaurante Bellavista del Jardín del Norte, regentado por un gallego y que convidó a una celebración que será recordada. Especial y, desde allí, directamente al Aeropuerto del Prat, donde tomaban un vuelo a primera hora. Algunos durmieron en el aeropuerto, otros en el autobús y casi todos en el avión para estar a primera hora en Vigo. Día largo, duro y extremadamente feliz.n

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