triatlón

"Ir a Tokio no me quita el sueño"

El vigués Antonio Serrat entrenando en la playa de Samil.
photo_camera El vigués Antonio Serrat entrenando en la playa de Samil.

El vigués Antonio Serrat afronta 2019 con el objetivo de seguir siendo uno de los mejores triatletas españoles

No es amigo del título de "promesa del triatlón español'' pero con su palmarés y juventud, Antonio Serrat (Vigo, 1995) lleva tiempo demostrando que cuenta con la capacidad suficiente para forjarse un nombre propio en este deporte. El joven triatleta vigués es actualmente el tercer español en el ránking olímpico, fue octavo en el mundial sub-23 celebrado en Gold Coast (Australia) el pasado 2018, año en el que logró estar en el top 10 del WTS de Montreal y fue segundo en la Copa del Mundo de Wihei (China), además de llevarse el bronce en las Copas de Europa de Gran Canaria y Melilla. ''Estoy muy contento con mi último año, porque obtuve muy buenos resultados pero aún así tengo una espina clavada. En algunas pruebas no pude dar todo lo que quería por las caídas y las lesiones'', admite Serrat. El pasado 2 de junio, Antonio no pudo disputar la Copa del Mundo de Cagliari (Italia) tras hacerse un esguince en el tobillo a escasas 24 horas de la prueba. 
''Estábamos entrenando en una zona de hierba, pero fui por una mala zona y me lesioné. Son momentos dolorosos a nivel físico, pero la peor parte es la psicológica. Las lesiones y las caídas en las pruebas no te permiten entrenar bien después y te dejan fuera de otras pruebas. Es duro, pero también aprendes de esos malos momentos”, reconoce el deportista vigués. Esa mentalidad positiva y perseverante, en la que cada buen resultado y momento negativo es una valiosa lección, se mantiene de cara a 2019, un año en el que quiere ''mejorar y superar los resultados logrados'' y ganarse su plaza en Tokio por méritos propios. 
''Tengo muchas ganas de volver a competir, aunque todavía queden varios meses'', señala Antonio, quien en estas últimas semanas sigue entrenando a las órdenes de Omar González. En diciembre estuvo en Sierra Nevada, lugar en el que durante 21 días se preparó en las tres pruebas de las que consta el triatlón, con el factor de la altura como gran aliciente para mejorar su rendimiento. ''El objetivo es que consigamos que la altura nos beneficie a la hora de disputar pruebas al nivel del mar, lograr esa sensación de mejoría'', comenta. 
En Sierra Nevada coincidió por última vez con su compañero Fernando Alarza, otro de los grandes nombres del triatlón nacional y segundo español en el ránking. Ambos compartían entrenador, pero Fernando Alarza tomó la decisión hace unas semanas de dejar a Omar González. ''Fue una sorpresa, pero Fernando va a ser padre y quería cambiar de aires, de entrenador y de lugar de preparación. Me da pena no volver a poder compartir con él los entrenamientos porque es un gran deportista y amigo, pero todos le deseamos lo mejor en su nueva etapa deportiva'', admite Antonio. 
El próximo mes de marzo arrancan las series mundiales con la primera prueba en Abu Dabi, una competición ''que te abre la puerta a otras grandes citas''. Antonio todavía no sabe si podrá asistir aunque reconoce que ''sería muy importante''. ''Hasta que llegue el momento, prefiero seguir concentrado en entrenar y alcanzar mejores marcas. Quiero que 2019 sea un año todavía mejor'', afirma con rotundidad, pensando en la posibilidad de ser olímpico en Tokio, una opción que no descarta y que quiere ganarse a pulso. n

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