SHAKHTAR - CELTA

Hacer historia desde la belleza

Cabral celebra el gol que marcó en la prórroga y le dio el pase al Celta a los octavos de final de la Liga Europa.
photo_camera Iago Aspas celebra su gol, marcado de penalti en el último minuto del partido y que permitió el pase a la prórroga. Al fondo, Jozabed.

El Celta remonta en la prórroga ante al Shakhtar en un partido inmenso que lo mete en octavos de la Liga Europa

No es sólo hacer historia. Es hacerla desde la belleza. Es meterse en octavos de final eliminando a un gigantesco rival como el Shakhtar Donetsk remontando en su campo. Es imponerse en un partido enorme, inmenso. Es sufrir para acabar en éxtasis. Es verdadero fútbol. Es Celta.
Berizzo respetó lo suficiente al  Shakhtar Donetsk como para cambiar el diseño de su equipo. Y si Ismaili supuso un problema en la ida con sus subidas que alejaron a Aspas del cotarro; y si el encuentro de calidad entre Aspas y Guidetti era el camino más fácil hacia deshacer la defensa ucraniana, pues situó a Mallo como falso lateral, ejerciendo de extremo para, por un lado, frenar las subidas del lateral brasileño del rival y, por otro, permitir al moañés disponer de una libertad total para marear al bloque local.
Ése era el plan y funcionó lo suficiente como para que la primera mitad resultase igualada. Y no es poco decir porque el Shakthtar es un equipo de cuidado. Contundente y fuerte en lo táctico, con una enorme calidad individual en sus jugadores de ataque –Marlos pegado más a la izquierda, Taison desequilibrando con sus movimientos y Kovalenko demostrando una gran llegada– y con una envidiable capacidad para el contragolpe. Cualidad esta última que no se basa solamente en la velocidad sino, sobre todo, en la precisión.
El pulso era de enorme nivel. Porque los dos contendientes pusieron todas sus armas con vocación de pisar el área rival sin circunloquios. Más, mucho más, vértigo que elaboración pausada. Y poniendo a prueba los unos a Sergio Álvarez y los otros a Pyatov. 
Iago Aspas era consciente de que el sistema de ayer se creó para liberarlo y no rehusó el protagonismo. Apareció mucho y casi siempre bien. Tanto en la mediapunta como en el área. De él fueron las tres ocasiones célticas en la primera mitad, pero en la primera no encontró portería y en las otras dos se topó con sendas grandes paradas de Pyatov.
El intercambio de virtudes que provocan defectos era continuo. Porque si Aspas pudo marcar, también lo pudieron hacer Kovalenko y Taison por parte del Shakhtar. Sergio estuvo atento a frustrar dos de estas tres ocasiones y en la otra se cruzó providencialmente Cabral.
La eliminatoria estaba pendiente de un gol, pero no porque no se creasen ocasiones ni porque los equipos no apostasen por el ataque. No había control, sino vértigo. Celta y Shakhtar se dejaban llevar por su naturaleza como mejor camino hacia los octavos de final. La afición celeste tanto disfrutaba de minutos de ilusión como tenía que superar grandes sustos. Un espectáculo futbolístico.
El paso por los vestuarios no refrenó el fragor. Lo incrementó. Pero en este caso, en vez de ir intercalando las ocasiones y el dominio, Shakhtar y Celta se repartieron la segunda mitad. De entrada, fueron los ucranianos los que empujaron con esa fiereza en forma de avalancha. Pero se toparon con Sergio. El meta de Catoria mantuvo vivo al equipo con tres intervenciones de enorme nivel en un cuarto de hora en el que el equipo vigués jugó con la muerte. Incluso hubo un gol de Kovalenko correctamente anulado por fuera de juego.
Berizzo quiso retomar el protagonismo cambiando al equipo. Sacó a Jozabed al campo por Roncaglia, que ya tenía una tarjeta amarilla, y el Celta recuperó un esquema más habitual. Pero la manera de reaparecer no fue táctica, sino con una doble clara ocasión de Aspas a partir de un saque de portería que Pyatov detuvo.
Punto de inflexión, con el marcador de la ida dirigiendo las intenciones. Fonseca recogió metiendo a Stepanenko; Berizzo tiró hacia delante metiendo a Bongonda y Rossi. Este último parecía haber desperdiciado la última oportunidad en el minuto 84 pero en el 89, John Guidetti se inventó una acción decisiva. Se deshizo de Rakitskiy y encaró a Pyatov yéndose al suelo. Vincic cayó en la trampa y Aspas transformó el penalti que envió el partido a la prórroga. Subidón celeste.
Quedaba media hora y la incercia era celeste. Pero el Celta tuvo la cabeza suficiente como para no desvestirse, algo que podía suceder viendo el once que tenía sobre el campo, con Guidetti, Rossi y Aspas. Físicamente y anímicamente era más fuerte. Había que madurar la prórroga. Y, paradójicamente, fue en un saque de esquina, sacado por Jozabed, como llegó el gol de Cabral que cerró la remontada histórica y metió al Celta en los octavos de final de la Liga Europa.

Shakhtar Donetsk:
Pyatov; Srna, Ordets, Rakitskiy, Ismaily; Malyshev (Boryachuk, min. 112), Fred; Marlos, Kovalenko (Stepanenko, min. 72), Taison (Bernard, min. 83); Gustavo Blanco.
Celta:
Sergio Álvarez; Hugo Mallo, Facundo Roncaglia (Jozabed Sánchez, min.57), Gustavo Cabral, Andreu Fontás, Jonny Castro; Tucu Hernández, Daniel Wass (Bongonda, min.79); Iago Aspas, Pione Sisto (Giuseppe Rossi, min.84), Iago Aspas.
Goles:
0-1, min.90: Iago Aspas, de penalti ; 0-2, min.108: Gustavo Cabral, cabeceando un saque de esquina.
Árbitro:
Slavko Vincic (Eslovenia). Amonestó a por parte del Shakhtar Donetsk a Gustavo Blanco, Pyatov, Fred y Srna; y a Iago Aspas, Roncaglia, Jonny, Guidetti y Bongonda por parte del Celta .
Incidencias:
Partido correspondiente a la vuelta de los dieciseisavos de final de la Liga Europa disputado en el Metalist Stadium de Járkov (Ucrania) ante unos 33.000 espectadores.

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