La selección, tras un inicio dubitativo, se apoyó en su defensa para pasar por encima de Austria en Cangas
La selección española de balonmano comenzó ayer la fase de clasificación para el Europeo de Polonia 2016 con una victoria ante Austria por 27-16, cimentada en un extraordinario trabajo defensivo y apoyada en la actuación del portero Arpad Sterbik, quien regresaba tras perderse el Europeo de Dinamarca por lesión.
No empezó bien el equipo español, con problemas en el ataque posicional para superar el duro 6.0 de los austríacos, pese a que los colegiados franceses Stevann Pichon y Laurent Reveret sancionaron en apenas seis minutos con dos exclusiones al equipo dirigido por el islandés Patrekur Johanesson. España no encontraba posiciones cómodas de lanzamiento, y cuando lo hacía se estrellaba con un inspirado Nikola Marinovic, a quien los 'hispanos' tardaron seis minutos en superar por primera vez, con un gol desde los siete metros del ex acadécmico Valero Rivera.
El marcador apenas se movía (2-1, min.10), sobre todo por la actuación de ambos porteros, hasta que Austria pegó un pequeño estirón con un parcial 0-3 que obligó a Manolo Cadenas a parar el choque con un tiempo muerto (2-4, min.12). Reaccionó entonces España, que no tardó en devolverle el golpe a su rival. Johanesson pidió su primer tiempo (5-4, mi.15) y su equipo, aprovechando un par de pérdidas de balón de los españoles, mantuvo el marcador igualado.
Pero a partir de ahí, la selección española ajustó su defensa, lo que ayudó a que Sterbik echara el cerrojo. Y con un contundente parcial 6-2 en los últimos doce minutos del primer acto, España llegó al descanso con una renta de cuatro goles, la máxima que había tenido hasta entonces (12-8).
Una ventaja que los austríacos redujeron en el arranque aprovechando la falta de intensidad defensiva de los 'hispanos', aunque una bronca de Cadenas hizo reaccionar a sus jugadores, quienes con un excelente trabajo defensivo –Austria estuvo nueve minutos sin marcar– rompieron el encuentro con un 5-0 (17-10, min.41).
Volvió a relajarse España y Austria, que nunca dejó de pelear, apretó un poco el electrónico (17-13, min.44). Cadenas, que tuvo varios encontronazos con el seleccionador austríaco por la dureza con la que se empleaban sus jugadores, pidió tiempo muerto. Y un grito del técnico leonés fue suficiente para que la selección se enchufara de nuevo, despejando rápidamente el panorama con otro parcial 4-1 (21-14, min.50), explotando las paradas de Sterbik y un magnífico rendimiento defensivo.
España:
Sterbik, Valero Rivera (3,1p), Raúl Entrerríos, Cañellas (4), Julen Aguinagalde (1), Maqueda (2) y Víctor Tomás (5, 3p.) –siete inicial– Pérez de Vargas (ps), Viran Morros (1), Gedeón Guardiola, Ruesga (3), Rocas (4, 1p.), Cristian Ugalde (1) y Andreu (2).
Austria:
Marinovic, Webber (3,1p), Maximilian Hermann (2), Wagesreiter, Posch (2), Alexander Hermann y Raúl Santos (2) –siete inicial– Bauer (ps), Ziura (2), Schlinger (2), Bozovic (1), Frimmel (1), Kierveliavicus (1) y Bilyk.
Parciales:
0-1, 2-2, 4-4, 8-6, 10-7, 12-8 (descanso); 14-10, 16-10, 18-13, 21-14, 23-15 y 27-16.
Árbitros:
Stevann Pichon y Laurent Reveret (FRA). Excluyeron a Viran Morros (2), Maqueda y Gedeón Guardiola por parte de España, y a Wagesreiter, Alexander Hermann (2), Bozovic, Posch y Kierveliavicus por parte de Austria.
Incidencias:
Pabellón de O Gatañal, con unos 2.500 espectadores.
