DAVID CAL. Cinco medallas en Juegos Olímpicos

"Gané el oro con 20 años y dices ¿ahora qué? No se puede mejorar"

David Cal estuvo ayer en la inauguración de la nueva piscina de Cangas, situada en la parroquia de Coiro.
photo_camera David Cal estuvo ayer en la inauguración de la nueva piscina de Cangas, situada en la parroquia de Coiro.

David Cal (Cangas, 10 de octubre de 1982) confirmó esta semana su retirada tras conquistar cinco medallas en los Juegos Olímpicos, el récord absoluto de un deportista español. Más relajado tras hacerlo público, hizo balance de los años de trabajo y de una larga trayectoria en la que "dejé de disfrutar". 

Unas horas después de anunciar su retirada, ¿cómo se encuentra?
Tenía todo ahí guardado y me quité un peso de encima porque era algo que había que hacer, y aclarar todo. Estos días recibí un montón de llamadas y tuve que apagar el teléfono porque no era capaz ni de ver los mensajes. Se armó mucho jaleo y no contaba con tanto. La noticia se filtró y también me sorprendió a mí. Cuando me desperté el martes, había un lío tremendo. 

¿Cuándo tomó la decisión?
La decisión viene tomada desde hace tiempo. Tampoco es un día que llega y dices, hasta aquí. Es una evolución, la situación se va forzando y llega un momento en el que te das cuenta de que no tienes ganas de continuar. La primera persona con la que hablé esto fue con Suso Morlán. Le explico mi situación y me comenta que me tome una semana para pensarlo. Así lo hago y seguía igual. Después de tenerlo claro es cuando comienzo a hablar con todo el mundo para comunicarle mi decisión. 

¿Cambiar su entorno de entrenamiento tras tantos años, fue el desencadenante de su retirada?
Es un poco todo. El entorno te va gastando, también llevo muchos años en la élite y es algo que te gasta porque tienes que hacer muchos sacrificios. En el día a día no me veía bien, en España no tenía entrenador ni compañeros y es un cúmulo de todas las cosas que me fueron minando hasta llegar a esta situación.

Lo más bonito es la competición, pero lo complicado es el entrenamiento diario.
Después de Londres ya me tomé un descanso largo y medité mucho sobre la posibilidad de dejarlo o continuar y, al final, creí que era un proyecto bonito el que teníamos en Brasil y decidí continuar hasta Río 2016, pero no pudo ser. 

¿Igual debería haberse puesto alguna meta intermedia?
Es algo complicado porque llega un momento donde es difícil ponerte retos. Por ejemplo, en mi primera participación olímpica conseguí un oro y la sensación que te queda es muy extraña porque todo deportista sueña con un oro olímpico pero, cuando llegas ahí, no hay más que eso. Motivarse y entrenar para conseguir lo mismo ya se hace complicado, porque ya lo tienes. Después de Atenas, de un oro y una plata, el objetivo era obtener dos oros, que era algo muy ambicioso y nos quedamos con dos platas y para Londres el objetivo era la quinta medalla, que no había ningún deportista español con este registro. Son metas que me motivaban, que te ayudan en el día a día para trabajar. En este ciclo, estar en Brasil, en el país organizador pensé que me iba a ayudar, pero finalmente no fue así. 

En aquellos primeros Juegos Olímpicos, con veinte años, ¿pensaba estar en las medallas?
Algo sospechaba porque el año anterior, que era clasificatorio, ya quedé subcampeón del mundo y cuarto en 500 metros. Después, trabajamos muchísimo para Atenas y sabíamos que si no ganaba, podía estar en las medallas y fue un oro y una plata. Vino todo muy rápido. El problema es un poco ése. Llegas, en tu primera participación, un oro olímpico y es todo muy bonito, pero dices ¿y ahora qué? Si ganas un Europeo, vas a por el Mundial y después a por los Juegos, pero si de primeras ya ganas el oro olímpico es complicado buscar una motivación que te ayude a seguir entrenando. 

También vería a mucha gente que vivió el proceso en el que está usted ahora.
Sí, porque estar en la élite es complicado y desgasta mucho. Llevo con Suso Morlán dieciocho años y desde los catorce años vivo fuera de casa, en Pontevedra. Y son entrenamientos muy duros desde el principio. De todas formas, me siento un privilegiado porque hago algo que me gusta, que se me da bien y, aún por encima recibo una recompensa. Hay otra gente que trabaja tanto como yo y que no la tenía porque quedaba cuarto, quinto o sexto y no es lo mismo. Si los resultados acompañan, las ganas también lo hacen. 

¿Notó evolución a lo largo de todos estos años?
Cuando empecé con Morlán fuimos evolucionando y creciendo juntos. Él como entrenador, para hacerme mejorar y alcanzar los objetivos, y yo como deportista, para poder llegar al nivel de preparación exigido y poder después alcanzar los objetivos personales. El material también evolucionó mucho desde que empecé. Trabajamos con Nelo para evolucionar las canoas y para Londres queríamos hacer un proyecto totalmente español, pero se quedó a medias.

¿Qué hacía cuando el entrenamiento de Suso era duro?
Nunca critiqué ni hablé de los entrenos que me ponía porque estoy seguro de que todo lo que me manda hacer es por el bien de los dos. Si opina que hay que hacer una sesión muy dura, no voy a ser yo el que lleve la contraria. Es mejor darme ese día una paliza y no recibirla después en competición.  

Alguna vez comentó que si usted no entrenaba fuerte y se sacrificaba, vendría un alemán o un húngaro y le iba a ganar.
Yo soy igual a un alemán, a un ruso o a un húngaro desde el punto de partido, si no haces algo más que ellos, está claro que no les vas a ganar, te van a ganar ellos a ti. Tienes que ir arañando y trabajando poquito a poco para que todo lo que mejoras día a día vaya a tu favor el día de la competición. Si lo haces mejor que tus rivales, vas a terminar ganando.

¿Cuál fue la medalla que dijo usted media hora antes de competir: Ésta va a estar complicada?
Todas son muy difíciles porque la gente está muy preparada y, especialmente, en unos Juegos Olímpicos. Tú eres uno más de los que están ahí y antes de la salida todo el mundo tiene dudas porque puedes estar muy bien de forma un año, pero te salen tres tíos que están en mucha mejor forma y te van a ganar. Tienes que intentar llegar en la mejor forma posible a los Juegos y de todas las veces que lo intentamos nos salió muy bien, menos esta última claro, en la que no llegamos. Estoy muy contento con lo que he conseguido. Lo mejor es no fijarse en los otros porque puedes despistarte. Lo mejor es estar centrado en lo tuyo y que se fijen otros porque quiere decir que lo haces bien. Es un signo de fortaleza.
 
¿Qué le recomienda a un joven de 14 años que da sus primeros pasos?
Lo que le recomiendo es que disfrute con lo que hace. Si apunta y tiene maneras adelante, que le ponga ganas y trabaje. No hay muchos secretos, si eres bueno y no trabajas no vas a llegar, pero si trabajas mucho pero no eres bueno, no vas a llegar. Tienes que tener ciertas cualidades, hacer las cosas bien y disfrutar. Yo disfruté mucho, hasta hace poco estuve disfrutando, pero en la última parte no tanto y por esto también lo dejo. Antes de llevarme un palo deportivo es mejor retirarme y dar paso a otra gente.

¿Se ve cómo entrenador?
No lo sé porque es muy complicado. Suso Morlán para llegar al nivel que tiene ahora, que es uno de los mejores del mundo, ha tenido que trabajar mucho y yo, de buenas a primeras, no es fácil por mucho que sepa de lo mío. Me falta mucho por aprender. n

Te puede interesar