Este Fran Beltrán y aquel David Silva

A sus 32 años, David Silva acaba de anunciar su retirada de la selección española tras ser uno de los grandes protagonistas de la época gloriosa del combinado nacional. El futbolista canario tiene todavía dos años más de contrato con el Manchester City, en el que acaba de iniciar su novena temporada. Pero en su currículum previo, el hito de su debut en Primera División lo disfrutó el Celta en la campaña 2005/2006, cuando llegó a Vigo cedido por el Valencia con 19 abriles tras destacar el año anterior en una cesión en Segunda en el Eibar. Hoy, trece años después, la irrupción de Fran Beltrán, también con 19 primaveras, en el conjunto celeste hace rememorar aquel feliz precedente. Lo que son palabras mayores.
David Silva llegó el 6 de agosto de aquel 2005 a un Celta recién ascendido desde Segunda División que, de la mano de Fernando Vázquez, iba a acabar la temporada metiéndose en Europa. Venía de disputar ese mismo verano el Mundial sub-20 –aunque ya había jugado partidos con la sub-21– y, a diferencia de Beltrán, le costó cuatro jornadas hacerse con un puesto en el once, pese a que ya en el Memorial Quinocho había dejado perlas de su enorme calidad. Al final, acabó jugando 34 partidos de Liga (31 de ellos de titular) y cuatro de Copa.
De aquel imberbe Silva resaltó enseguida precisamente que no parecía en absoluto un debutante. Por su templanza a la hora de asumir galones y por su sabiduría técnica y táctica. Su menudo cuerpo y su edad no lo arredaban y los rivales supieron enseguida que robarle un balón al canario era tarea casi imposible. De hecho, pese a no ser corpulento, ya sabía entonces proteger el balón como ninguno y soltarlo siempre con criterio.
El Celta disfrutó de él una temporada y, obviamente, hizo alguna tentativa de mantenerlo en el equipo. Pero el Valencia ya no quiso esperar más para disfrutar del futbolista y en verano de 2006 regresó al conjunto che dejando al bloque celeste en Europa. A partir de ahí, cuatro temporadas en Paterna antes de las ya mentadas ocho campañas en el Manchester City.  Y un historial tremendo: un Mundial, dos Eurocopas, tres Premier, una FA Cup, tres Copas de la Liga, una Copa del Rey y una Supercopa inglesa. Y lo que queda.
Se mire por donde se mire, un gran espejo en el que mirarse para un Fran Beltrán que ha tenido un aterrizaje feliz en el Celta, quien apostó fuerte este verano por él. Porque la gran diferencia entre el precedente de Silva y el actual es que el mediocentro no está cedido, sino que pertenece a un club vigués que depositó los 8 millones de la clásula de rescisión que unía al jugador con el Rayo.
Con Silva no sólo lo une la edad, sino también la madurez futbolística que le hizo debutar en Primera el pasado sábado con la tranquilidad de un veterano. Y en un puesto, además, de calado, asumiendo la responsabilidad de mantener al bloque defensivamente y de iniciar el juego de manera limpia. También moviendo su menudo cuerpo con sabiduría para no ceder ante rivales más grandes.
Ya internacional sub-19, Beltrán peleará ahora desde Vigo por hacerse un sitio en la élite y por seguir su carrera en las selecciones españolas. Visto lo visto ante el 
Espanyol y en los dos últimos amistosos de la pretemporada, el Celta se ha hecho con un proyecto de futbolista más que interesante. Tras un gran año en Segunda, llega a Primera para quedarse. Como Silva hace 13 años.n