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Frágil sin balón, inofensivo en ataque

David Juncá volvió a mostrar su peor versión en la faceta defensiva, en la que fue desbordado una y otra vez por los jugadores del Rayo.
photo_camera David Juncá volvió a mostrar su peor versión en la faceta defensiva, en la que fue desbordado una y otra vez por los jugadores del Rayo.

El Celta rozó el ridículo en defensa ayer en el Estadio de Vallecas y se llevó cuatro goles que pudieron ser muchos más. Sin la magia de Iago Aspas en ataque, el conjunto celeste fue un coladero del que se aprovechó un Rayo que apenas necesitó dos pases para plantarse con peligro ante la portería de Rubén.

Un cambio en la alineación
Miguel Cardoso mantuvo lo que probó durante la semana e introdujo un solo cambio en el equipo titular con respecto al que perdió el lunes pasado contra el Athletic. Entró en el once Jozabed en el lugar de Lobotka, mientras Fran Beltrán se mantuvo en la misma posición que frente a los bilbaínos, más adelantado que habitualmente para recibir entre líneas y ayudar en la presión alta. En el Rayo, Míchel Sánchez mantuvo el dibujo 5-4-1, pero recuperó a Imbula, que se perdió el anterior partido por sanción y volvió a la titularidad en detrimento de Medrán.
Desbarajuste defensivo
Celta y Rayo protagonizaron un verdadero desbarajuste defensivo en la primera parte, especialmente el equipo vigués, que concedió una ocasión o un córner en cada llegada del conjunto madrileño a las inmediaciones del área de Rubén, uno de los responsables de que el marcador reflejara un empate al llegar al descanso. Las concesiones celestes empezaron pronto, a los tres minutos, con una falta innecesaria sobre Advíncula al borde del área que Raúl de Tomás convirtió en el 1-0. Después, durante unos minutos, el caos defensivo se trasladó al área del Rayo y el Celta aprovechó para dar la vuelta al marcador, primero con un córner que acabó rematando Araujo al fondo de la portería y, a continuación, con un penalti tras una mano de Ba que Maxi Gómez transformó en el 1-2. Era el minuto 17  y, lejos de tomar las riendas del encuentro, el equipo de Cardoso quedó a merced de los vallecanos, que generaron una ocasión de gol tras otra, vieron cómo el árbitro les anulaba dos tantos y acabaron consiguiendo el empate, de nuevo por medio de De Tomás.
Sin centro del campo y sin ayudas
Si la defensa celeste era un coladero, sobre todo por la banda de Juncá, el resto de las líneas tampoco funcionaron en la primera parte. Jozabed y Fran Beltrán apenas entraron en contacto con la pelota, Brais y Boufal no ofrecieron ayuda atrás y Maxi se quedó prácticamente como una isla.
Posesión sin remate
En la segunda parte, el Celta consiguió ordenarse un poco mejor y se hizo con el balón durante muchos minutos, pero en defensa siguió concediendo. Trejo tuvo el tercero en el 47, pero se encontró con Rubén y en el área del Rayo, sólo Maxi amenazó con una falta lejana que estrelló en el larguero.
Desenlace fatal
El Rayo lo había merecido mucho antes, pero marcó el 3-2 en el 76, en otra desconexión de la defensa celeste. La pelota llegó a Raúl de Tomás, que fusiló a Rubén libre de marca. Cardoso hizo entonces los tres cambios casi seguidos. Entraron Lobotka, Pione Sisto y Dennis, pero fue el Rayo el que sentenció. n

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