Tras un vuelo largo pero feliz, el equipo fue recibido en Peinador y aplaudido en A Madroa
El día después de la gesta en Járkov ante el Shakhtar Donetsk, el celtismo siguió en el séptimo cielo. La afición céltica y el equipo mantuvieron el idilio surgido tras el pase a octavos de Liga Europa.
Yendo por orden cronológico, el vuelo de vuelta a Vigo fue festivo mientras las fuerzas lo permitieron. Hubo buen humor, cánticos y hasta brindis del presidente celeste, Carlos Mouriño, con la veintena de aficionados que volaron hasta Ucrania. El máximo accionista se arrancó a cantar también.
Hacia las ocho de la mañana, un poco más tarde de lo previsto, el vuelo chárter aterrizó en Vigo con los expedicionarios agotados. Pero ya en Peinador recibieron el aliento y el agradecimiento de un par de decenas de seguidores que se mantuvieron en vela para recibir a sus héroes.
Tras dormir la mañana, el equipo se citó en A Madroa por la tarde para realizar una sesión de entrenamiento a puerta abierta. Y ahí sí que la presencia de aficionados fue mucho mayor, con intercambio de aplausos entre la grada y los jugadores cuanto éstos salieron del vestuario.n
