celta

La estela que deja un paso fugaz

Luis García Plaza estuvo el pasado fin de semana en Vigo acompañado de Edu Domínguez.
photo_camera Luis García Plaza estuvo el pasado fin de semana en Vigo acompañado de Edu Domínguez.

El preparador físico Edu Domínguez aprecia en el Villarreal una evolución iniciada en su breve estancia en él

En su medio siglo de vida, Edu Domínguez (Vigo, 1968) ha tenido que vivir multitud de situaciones relacionadas con su trabajo de preparador físico y técnico de fútbol. Su amplia experiencia pasa por equipos como Celta, Espanyol, Real Sociedad, Deportivo, Spartak de Moscú, Mallorca, Baniyas y Renhe, siguiendo los pasos de técnicos como Víctor Fernández, Miguel Ángel Lotina, Valery Karpin o, ahora, Luis García Plaza. Pero nunca le había tocado vivir un paso tan efímero por un banquillo como miembro de un cuerpo técnico como el de esta misma campaña en el Villarreal, rival céltico de este sábado en Balaídos.
Domínguez y el resto del equipo de García Plaza aterrizaron en el equipo levantino a inicios del pasado mes de diciembre para suplir a Javi Calleja y los suyos. Pero el 29 de enero, apenas mes y medio después, fue destituido para que recuperase su puesto el mentado Calleja. "Tanto la llegada como la salida, en el caso del Villarreal, fueron sorprendentes, no los esperábamos", reconoce el vigués mientras lidia con un periodo fuera del banquillo pero ni mucho menos ocioso. "Tras finalizar la temporada en China con el Renhe, sabíamos que no íbamos a seguir en ese mismo equipo pero estábamos negociando con otro de la misma Liga. Hasta que se metió de por medio el Villarreal. Yo acababa de ver el partido contra el Celta, que fue el que supuso la destitución de Calleja y llegamos con un partido ya encima, el jueves, de Liga Europa, que ganamos al Spartak de Moscú para superar la fase de grupos", rememora.
Analiza el preparador físico las líneas maestras del trabajo realizado en el Villarreal, por entonces ya en problemas clasificatorios. "Es un equipo conocido por el buen trato del balón, con un juego muy combinativo. Nosotros quisimos dar un poco más de velocidad en las transiciones y hacer un bloque más compacto a nivel defensivo, lo que no quiere decir jugar más atrás", explica. Y se cerciora que hoy por hoy el equipo ha asumido ideas parecidas con el retorno de Calleja: "Mucho más vertical y con menos elaboración". Además, apunta a situaciones individuales que resultan trascendentes como "el punto físico alcanzado por Santi Cazorla, el acoplamiento de Iborra en el centro del campo, un fichaje de invierno que llegó con nosotros, y la evolución de un futbolista como Ekambi, que es un gran jugador pero en su primera temporada en España necesitaba un tiempo de adaptación para poder rendir. Todo ello hace  del Villarreal actual un equipo mucho más equilibrado".
Como no puede ser de otra forma, Edu Domínguez asume la tiranía de los resultados como causa fundamental del despido, aunque echa en falta no haber dispuesto de un poco más de tiempo para que el trabajo diese sus frutos. "Te da rabia no haber tenido más tiempo. Nos tocó un periodo de muchos partidos entre semana y el parón navideño. Está claro que se trata de un equipo hecho para estar entre los seis o siete primeros, pero por circunstancias empezó mal y no fue capaz de enlazar buenos resultados. Nosotros estuvimos seis partidos de Liga, empatamos cuatro y perdimos dos. Además, quedamos eliminados en Copa ante el Espanyol cuando no teníamos el foco puesto en esa competición. Así que después de la derrota en Valencia, nos comunicaron que no continuábamos", relata.

El momento del adiós
De aquellos días de enero recuerda el preparador físico vigués que "nadie esperaba un movimiento así. Dimos descanso el lunes y el martes entrenamos. No estaba en el ambiente esa posibilidad de la destitución. No la esperaban ni los jugadores porque se había creado una buena energía con el equipo. Es un muy buen vestuario. Aunque quizás sí se pagaba la ausencia de un líder, uno o dos jugadores de referencia. Quiso asumir ese rol Bruno Soriano, pero desde fuera estando lesionado es más complicado. Además, el contexto de trabajo era muy bueno, en un club que lo tiene a todo a nivel de medios e instalaciones. Pero no ganamos en los seis partidos y el club hizo una valoración a corto plazo de que no había habido la reacción esperada". En esa sorprendente reacción, sobre todo por el regreso de Javi Calleja, pudo tener su peso "lo sucedido en el último descenso del equipo, cuando se vivió una situación similar con tres entrenadores. No hubo resultados a corto plazo y el presidente tomó una decisión". En ese sentido, Domínguez ve diferencias con lo sucedido en el Celta, que también acumula tres entrenadores: "Aquí se les dio más margen".n

Te puede interesar