celta

El transparente Mohamed

Antonio Mohamed se mostró expresivo en la banda durante el partido para tratar de conectar con sus jugadores.
photo_camera Antonio Mohamed se mostró expresivo en la banda durante el partido para tratar de conectar con sus jugadores.

El técnico celeste alaba y critica con claridad dando un perfil lejano a la mayoría del gremio

Se agradece la frescura y se intuye –se desea– que no es pose o candidez. Mientras trata de definir aún cuestiones tácticas del equipo, Antonio Mohamed, técnico celeste, va dejando ya señales de su estilo personal en cuanto a la relación con lo que se ha dado en llamar el entorno de un club, que se sustancia fundamentalmente en la afición, ya sea por vía directa o a través de los medios de comunicación. El argentino, por el momento, no se muerde la lengua, aunque sin ser en absoluto ofensivo.
Chocó ya en pretemporada que fuese desvelando las solicitudes realizadas para reforzar el equipo. Paradigmática, la del portero, ya que el club ya había determinado que no se iba a fichar en esa parcela. Mohamed acepta la decisión pero públicamente admite cuál era su deseo.
En su proceso de adaptación al fútbol europeo, este exfutbolista más que acostumbrado a las cámaras y, por lo tanto, al escenario, no duda en responder con claridad cuando se le pregunta. Lo hizo, desde su primera aparición pública, sobre Mor, criticando su actitud pero dejando siempre una puerta abierta a su recuperación.
Más sorprendió el pasado sábado que no se ocultase a la hora  de abroncar desde el banquillo precisamente al internacional turco en medio del partido por no bajar a defender tras solicitar una falta que no se señaló. Y, superada esa reacción que se podría achacar a la tensión del momento, no tuvo problema en incidir en ella en la rueda de prensa tras el partido.
De hecho, no se quedó ahí su claridad expositiva. Tampoco le importó a Mohamed explicar el primero de los cambios realizados en virtud del mal partido que estaba realizando Pione Sisto.
El nuevo entrenador del Celta habla con normalidad de sus jugadores, tanto para criticarlos como para alabarlos –aplaudió a Beltrán y a Araujo–. Es un hecho más que extraño en un fútbol español acostumbrado a entrenadores que apenas dicen cosas. No parece que ése vaya a ser el estilo Mohamed.n

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