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El Celta no cree en Europa

Brais Méndez regresó al primer equipo y peleó todo lo que pudo en la banda derecha.
photo_camera Brais Méndez regresó al primer equipo y peleó todo lo que pudo en la banda derecha.

El Celta demostró ayer en Balaídos que no cree en la posibilidad de jugar en Europa la próxima temporada. Ante un Málaga colista y que piensa ya en su próxima temporada en Segunda División, el equipo vigués desperdició toda la primera parte y el comienzo de la segunda con un fútbol insulso, lento y previsible. Después, cuando quiso reaccionar en el tramo final, no concretó las ocasiones que generó y su desesperación la encarnó un Iago Aspas que pasó más tiempo protestando que siendo útil al equipo y erró la oportunidad más clara de los celestes a puerta vacía.

Dos cambios obligados y uno más
Juan Carlos Unzué alineó ante el Málaga un once con tres cambios con respecto a los partidos anteriores, aunque dos de ellos fueron obligados. Durante el calentamiento, Rubén Blanco sufrió una lesión en el tendón de Aquiles y tuvo que dejar su puesto en la portería a Sergio. Además, Pione Sisto recuperó la titularidad en la banda izquierda por un proceso gripal que aqueja a Emre Mor. El único cambio por decisión técnica fue el de Brais Méndez, que entró en el equipo de inicio en detrimento de Radoja para realizar las funciones del lesionado Wass.

Fútbol lento, blando y previsible
Como muchas otras veces, el Celta se encontró con un rival que presionó muy arriba para entorpecer la salida de balón de los celestes, que durante una hora de partido no supieron cómo superar esa línea de presión a pesar de las limitaciones del colista. Los vigueses se perdieron en un fútbol lento y previsible que les llevó a jugar más en campo propio que en el del Málaga. Los andaluces, ante tantas facilidades, se animaron a estirar las líneas y dieron mucha más sensación de peligro que el conjunto vigués durante la mayor parte del encuentro. En la primera mitad, el Celta sólo remató dos veces, ninguna entre los tres palos. En el minuto 12, Brais Méndez envió un disparo forzado por encima del larguero y en el 34, Pione Sisto lanzó desviado desde la frontal del área. Ese fue todo el bagaje ofensivo de los celestes antes del descanso.

Mejor con los cambios
La segunda parte comenzó con la misma inercia que la primera, pero después de otro cuarto de hora de vacío futbolístico el Celta empezó a encontrar grietas en el entramado malacitano. Iago Aspas probó por primera vez a Roberto en el 65 con un disparo raso al que respondió el portero con una gran intervención. Un minuto después, Unzué hizo sus dos únicos cambios: entraron en el campo Radoja y Lucas Boyé y salieron Brais Méndez y Pione Sisto. Fuera por incidencia de los relevos o porque el Celta había despertado por fin, lo cierto es que a partir de ese momento los vigueses se animaron a jugar un partido de ida y vuelta que pudo caer de cualquier lado. Primero fue el conjunto celeste el que pudo llevarse la victoria con dos remates de Aspas, uno fuera a puerta vacía a pase de Maxi Gómez, y otro de cabeza del uruguayo que detuvo Roberto. Pero el balón no entró y en el tramo final fue el Málaga el que pudo sumar los tres puntos con un disparo cruzado de Keko que repelió el larguero cuando Sergio estaba ya batido. Finalmente, hubo reparto de puntos.
Termómetro Iago Aspas
Iago Aspas volvió a ser el termómetro del Celta, pero esta vez en su versión negativa. El moañés estuvo desaparecido del juego en la primera parte, pero se le vio protestar al árbitro y enfrentarse a Miguel Torres en una jugada que le costó la tarjeta amarilla. Después protagonizó las mejores ocasiones del equipo vigués, pero falló en el remate y acabó desesperado. Sin su talento, todo cuesta más. 

Acertó en las áreas pero no cortó el juego duro visitante

 Alberto Undiano Mallenco estuvo ayer acertado en las acciones que se produjeron en las áreas, pero no cortó el juego duro del Málaga y acabó mostrando más tarjetas amarillas al Celta, que cometió 16 faltas, que al conjunto andaluz, que se fue hasta las 24.
En el minuto 24, Miguel Torres fingió una caída dentro del área y el árbitro navarro no picó, como tampoco lo hizo cuando Keko se fue también al suelo dentro del área celeste en el 71. En esta ocasión, el colegiado debió mostrar tarjeta al jugador visitante por simular tan descaradamente un penalti.
Tampoco hizo caso Undiano, con buen criterio, a una caída de Iago Aspas en el área del Málaga, ni a otra del moañés en la frontal del área, ya que en ninguna de las dos acciones se apreció infracción alguna.
Pero pese a la reiteración en las faltas, solamente Rosales y Miguel Torres vieron la cartulina amarilla por parte del Málaga, mientras que en el Celta fueron amonestados Iago Aspas, por una discusión con Torres, Hugo Mallo y Jonny. 

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