A mí me curaron, yo no gané nada ni a nadie

Berizzo no afronta ningún partido

No pretendo comparar casos. Me utilizo y utilizo a Eduardo (te pido perdón Toto) para certificar una verdad. Nada más. Hace diez años y medio me diagnosticaron una leucemia. Paré de trabajar, pasé medio año con salidas y entradas al hospital con ciclos de quimioterapia y con radioteparia, coronados con un trasplante de médula. Un año más de recuperación y vuelta al trabajo. Hoy, un recuerdo salpicado de revisiones. Nada dramático. Pero sí una vivencia que, creo, me otorga licencia para decir con contundencia: yo no gané nada ni a nadie; a mí me curaron mis médicas. Por eso me repele esa perversión de utilizar metáforas deportivas o bélicas cuando alguien tiene que enfrentarse a una efermedad. Padecer una enfermedad grave no es querer ganar ninguna batalla, no es jugar ningún partido. Y lograr la curación no depende de la voluntad de uno.


Afirmar que por tener un carácter luchador o, incluso, competitivo, tienes más opciones de curación no sólo es falso, sino que es ofensivo para todos aquellos enfermos que no lo consiguen. Si curarse es un éxito, ¿se supone que morir es un fracaso, una muestra de falta de carácter o de ganas de sanar? He visto morir a gente con mi misma enfermedad que peleó infinitamente más que yo. Claro que afrontar la enfermedad con entereza y ánimo es importante. Como para afrontar cualquier otra circunstancia vital. Pero no determina nada. Salvarse no es, principalmente, un mérito del enfermo. En todo caso, será de los médicos.


En el fondo, asegurar que la lucha por sobrevivir es una mera cuestión de 'afouteza' limita la cuestión a una pelea individual, a una responsabilidad individual: si eres fuerte y peleas lo suficiente, te salvarás; si no, te morirás. Un sinsentido. La responsabilidad ante las enfermedades mortales es colectiva. Cada muerte por cáncer, por ejemplo, debe hacernos sentir responsables a todos, responsable a una sociedad que no invierte lo necesario en investigación.


Por lo tanto, yo no le pido a Berizzo que gane una 'batalla' o 'el partido más difícil de su vida'. Yo espero, de corazón, que esté en manos de los médicos adecuados con el ánimo suficiente. Perdona Eduardo. Y suerte.

Te puede interesar