"La Copa de Europa era un objetivo primordial"

. "Solo me falta el Mundial", bromeaba al ser preguntado por ello. Una reacción que explica su relación con la palabra "humildad", que repite en varias ocasiones y que aplica al reflexionar sobre cómo hacer llegar su deporte a más gente.

Otra vez campeón de Europa y ayudando con un gol. ¿Qué se siente en la cima continental?
Mucha ilusión. Es algo muy difícil de conseguir una vez, por lo que dos consecutivas lo es más. Siento felicidad y satisfación porque el trabajo bien hecho tiene su premio.

¿Cómo vivió estos días en Zaragoza ?
Con mucha tensión, responsabilidad y presión sana porque sabíamos que estábamos casi obligados a ganar este título. Habíamos fallado en la Copa de España y no nos quedaban demasiadas balas en la recámara. Teníamos la Copa de Europa marcada. Era un objetivo primordial. 

¿Cómo se convive con esa presión de ser el máximo favorito?
La llevamos bien. Al final estamos acostumbrados a jugar este tipo de partidos. Siempre aspiramos a todo y si un jugador no puede soportar esta presión no puede estar en Inter. Partido tras partido, día tras día, la presión es máxima. En este club no se permite fallar ni en los amistosos.

¿Cómo llega ese chaval que daba sus primeros pasos en el Redondela FS a ganar casi todos los títulos imaginables?
Con ganas, disfrutando de lo que hago, sin ponerme metas y aprendiendo cada día más. Pero, sobre todo, siendo humilde. Es importante saber aceptar los errores y saber que siempre hay margen para mejorar.

¿Cuál es la receta para mantener esa ilusión y esa motivación después de ganar tanto?
La humildad, la ambición y el trabajo en equipo, que es clave. Si algo tenemos diferente al resto, aparte de la calidad de todos nuestros jugadores, es la unión que reina en el vestuario. Todos nos llevamos muy bien y eso se refleja en la pista, sobre todo cuando las cosas van mal.

Hablábamos antes de su gol en la final pero para usted, que está considerado como el mejor defensor del mundo, imagino que gratifica aportar más cosas.
Siempre hace ilusión poder meter goles pero yo sé que mi papel en el equipo es otro y que así ayudo mucho más al grupo.

Siempre se pone el foco en lo individual, pero los títulos son un premio al esfuerzo colectivo.
No verás un equipo con un solo jugador bueno que gane títulos. La clave está en que tengas todos los pilares bien cubiertos y es lo que pasa en Inter. Tener una mezcla de diversas clases de jugadores es lo que hace a un equipo el mejor.

Cuando recibieron el trofeo, todos señalaron al cielo acordándose de su utillero, Cecilio Rodríguez. ¿Qué representaba para ustedes?
Significaba mucho para nosotros. Siempre estaba en el vestuario antes de que llegáramos y era el último en irse. Teníamos una relación muy buena y era una grandísima persona. Qué menos que poder acordarnos de él después del palo que nos llevamos. Fue muy duro pero hay que levantarse. La vida sigue y tenemos que disfrutarla, trabajar y hacer lo que a cada uno le gusta porque el futuro nadie lo puede decidir.

Para Vigo es un orgullo que le representen deportistas como usted pero, ¿qué supone para usted representar a Vigo?
Para mí es un orgullo muy grande. Lo dije hace unas semanas: me costó tener el reconocimiento de mi ciudad pero lo he conseguido y es muy gratificante. Me siento muy querido en Vigo, muchas veces me paran para felicitarme y yo quiero que sea recíproco: estoy muy orgulloso de ser vigués y siempre que puedo me acerco.

Como exjugador del Santiago Futsal, ¿cómo ha vivido su descenso?
Triste porque no solo es un equipo en el que estuve sino que es un referente del fútbol sala. Es un club que hace muy bien las cosas, trabaja de una forma perfecta y es muy profesional. Por eso reivindico que los patrocinadores y las instituciones se vuelquen más. Hablo de Santiago por la parte que me toca, porque le ha dado mucho a la ciudad y a Galicia y no ha recibido de vuelta lo que se merecía. Las instituciones que apoyan al deporte deberían replantearse los apoyos que brindan, porque no solo existe  un deporte, hay más. Hay que apoyar a esos equipos que hacen bien las cosas porque si no, van a pasar cosas como esta.

Es llamativo que el deporte que tiene más fichas en España tenga tan poco soporte.
Es muy triste pero los principales culpables somos nosotros, los que estamos dentro. Deberíamos venderlo mejor, crear un espectáculo llamativo para que la gente pudiera pensar en ir el fin de semana al fútbol sala a disfrutar. Creo que lo estamos consiguiendo porque cada vez se ven los pabellones más llenos. Este es el camino a seguir y sobre todo desde dentro tenemos que seguir incentivando a la gente para que se sume a nuestro deporte.

¿Ayudan los éxitos de Inter o de la selección?
Ayudan, pero España lleva siendo campeona desde hace muchos años y no se ha conseguido el apoyo de la afición. Más que los títulos o el espectáculo, la propia Liga y los propios equipos tenemos que hacer algo para que sea mucho más llamativo ir a los partidos. Que no solo sea ir a ver si mi equipo gana sino ir a un pabellón, poder divertirte, disfrutar con la familia... Tendríamos que ser más conscientes de las situaciones familiares en el tema de abonos, ser más flexibles y creo que Inter lo hace muy bien porque los precios son bajos. De esta forma viene más gente y con pabellones llenos los patrocinadores se animan porque así su producto se ve ante la gente.

¿Qué le parece la temporada del Celta? ¿Le da opciones de llegar a la séptima plaza?
Opciones hay hasta el final. El equipo estaba jugando muy bien con Berizzo y ahora con Unzué también. Está a buen nivel y se merece esa séptima posición para volver a Europa, que es donde tiene que estar.n