El Club Vigo, después de tres victorias, afronta un final de año clave para definir su meta
El Club Vigo vive una semana tranquila, feliz, ilusionada. Después de tres victorias consecutivas y sito en la tercera plaza de su grupo en la Superliga 2, afronta una semana de descanso en la que verá los toros desde la barrera con la tranquilidad del trabajo bien hecho y la esperanza del buen trabajo por hacer. Con orgullo por lo logrado y con ambición por lo que lograr. Con los pies en el suelo que otorga la fuerza de la gravedad de vivir la quinta temporada seguida en la segunda categoría, pero con la ilusión de añadir un objetivo no premeditado: jugar la Copa Príncipe el próximo enero.
En la plantilla viguesa se es consciente de que el calendario en el mes de diciembre, tras el descanso de este fin de semana, se volverá exigente. Pasarán por Vigo Dumbría –cuarto clasificado– y Emevé –líder– y de por medio habrá que visitar al Badajoz –segundo–. Pero precisamente esa oportunidad de medirse a los mejores abre la puerta a crecer y a meterse en esas dos primeras plazas que después de estas tres jornadas darán el billete para la competición copera. "No era un objetivo pero los jugadores hablan de ello y se ha convertido en una ilusión", apunta el presidente, Guillermo Touza.
Es una ilusión pero el equipo no vive de ilusiones. Se basa en las buenas sensaciones que va dando jornada tras jornada, sobre todo después de recuperar para la causa a Nesty Solivan y a Pablo Penedo, aunque este último todavía a medio gas. Puertorriqueño y vigués han completado un grupo en el que los más jóvenes han ganado en regularidad y los más experimentados han subido el rendimiento.
En esta tesitura, se ha vuelto habitual en las últimas semanas encontrar a un jugador del Club Vigo en el seis ideal de la jornada, contando los dos grupos de la Superliga 2. En la última, el elegido es Eduardo Zarza, que lideró la competición en el apartado de bloqueos con seis. "Cada vez viene más gente al pabellón. La gente está ilusionada. Yo, después de tantos años, prefiero no lanzar las campanas al vuelo porque después siempre pasan cosas", reza Touza.
Habla, por ejemplo, de los problemas físicos, como el que sufrió José Aba en el último partido. Un esguince de tobillo que, pese al fin de semana de parón, lo convierte en duda para recibir al Dumbría. Porque el ecosistema creado por los jugadores y el dueto técnico Suso Penedo-Yolanda Sienes funciona. De hecho, a estas altura de temporada están solamente a una victoria y a dos puntos de alcanzar los números registrados el pasado curso. Ya no se sufre por abajo, sino que se ilusiona por arriba. El Club Vigo sonríe.n
