fútbol

Con derecho a ilusionarse

Los jugadores del Celta juvenil celebran el gol anotado en el partido de ayer.
photo_camera Los jugadores del Celta juvenil celebran el gol anotado en el partido de ayer.

José Sobrido anota el gol de la victoria del Celta ante el Atlético en los cuartos de final

Con derecho a tener ilusión y acudir al partido de la próxima semana en Madrid con toda la intención de avanzar a semifinales de la Copa del Rey de juveniles. El Celta ofreció ayer en A Madroa una nueva lección de fútbol colectivo en categorías de formación bajo la dirección de David de Dios en el banquillo. El técnico preparó el enfrentamiento a conciencia ante uno de los mejores equipos de España y los jugadores ejecutaron el plan de forma casi espartana. Presión alta, apoyos constantes y siempre con intención de hacer daño en cada ataque. Hubo ocasiones para ambos equipos, pero en el cómputo general del enfrentamiento, fueron los célticos los que llegaron más, los que tuvieron posesión y los que mandaron durante más tiempo en el partido. 
A pesar de ello, sólo hubo un gol y se inició en un saque de banda en largo de Nacho Lorenzo. José Sobrido lo aprovechó para firmar una de esas acciones de gran futbolista. Delantero algo intermitente y con cierta fragilidad física, pero de talento. El saque largo lo ganó tras aprovechar que no hay fuera de juego en los saques laterales. Puso el cuerpo para dejar botar el balón, el defensa no supo frenarlo y el delantero, con la posición ganada, esperó lo suficiente para tocar de forma sutil por encima de la salida de Conde. Guardameta y defensor se quedaron a centímetros del esférico en una acción notable de Sobrido. 
El tanto desequilibró un partido en el que el Atlético de Madrid vivió sus mejores momentos en el arranque del segundo acto con hasta tres acciones seguidas en el área de Pablo Vázquez, pero en las que definieron mal. A continuación llegó el tanto céltico y lo acusó el conjunto atlético. Minutos para el Celta, que aprovechaba su presión para llegar al campo contrario mientras su rival movía y movía el banquillo para encontrar soluciones. 
Riki Mangana tuvo el tanto en un remate al exterior de la red y también Sobrido gozó de dos buenas acciones. Un disparo tapado por el defensor y un pase atrás que también cortó la zaga cuando llegaba Aarón Rey en carrera. El talentoso extremo partió ayer desde el banquillo y mostró su faceta menos desequilibrante con muchos errores en la toma de decisiones. 
Los minutos finales vivieron dos acciones muy claras para mover el marcador. La primera fue del visitante Joaquín, que encontró un balón en la banda y realizó dos recortes de enorme nivel ante Riki para disparar con el exterior al palo. La acción mereció el gol, como también lo mereció el saque de esquina ensayado del Celta con pase atrás, internada por banda, centro y remate suave que se colaba hasta que un defensa sacó de forma milagrosa bajo palos en el descuento.
Victoria por la mínima para el Celta juvenil, que acude con ilusión al encuentro de vuelta ante el Atlético de Madrid. No es favorito, pero tiene ventaja y opciones.n 

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