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El complejo más envidiado

Vista aérea del complejo de As Travesas, que hoy está de cumpleaños: medio siglo siendo el pulmón principal del deporte vigués.
photo_camera Vista aérea del complejo de As Travesas, que hoy está de cumpleaños: medio siglo siendo el pulmón principal del deporte vigués.

Hoy se cumple medio siglo de la inauguración de la ciudad deportiva de As Travesas, que el Concello sigue renovando

El complejo deportivo municipal de As Travesas se viste hoy de cincuentón. Y las arrugas y canas, por lo que dicen, le quedan espléndidas. El 13 de julio de 1968, medio siglo atrás, era inaugurado por el alcalde de aquel momento, Rafael Portanet. Fue la envidia del país. Y hoy en día, sigue siendo cuna del deporte vigués.
Llegar hasta aquel verano del 68  costó un buen puñado de años de debates (las fuerzas vivas de la ciudad comenzaron a reclamar un Palacio de Deportes en 1950) mientras el deporte vigués pivotaba sobre el estadio de Balaídos, donde se celebraban encuentros de baloncesto o hockey sobre patines en el espacio entre el campo de fútbol y la grada de Marcador, en una pista de cemento que se rodeaba de torres con focos.
Ahora, el futuro pinta todavía mejor. El Concello ya ha invertido unos 475.000 euros en reformas en el Pabellón Central, la Pista Vermella, el campo de fútbol y el Pabellón do Carme y maneja otros cambios sustanciales. 
En plena dictadura, el Palacio de Deportes se trató en reuniones políticas en 1950, 1954 y 1957, hasta que en abril de 1962 el pleno municipal daba vía libre a un anteproyecto de Palacio de Deportes y Teatro, diseño del técnico del Concello Bugallal Orozco, en el parque del Castro. Donde se encuentra el parque infantil, contiguo al depósito general del suministro de aguas. Para 3.000 espectadores, el presupuesto era de 10,9 millones de pesetas. ¿Se lo imaginan allí ahora? El navarro Elola-Olaso tampoco.
Ese mismo verano se presentaba en Vigo José Antonio Elola-Olaso, delegado nacional de Deportes, cargo equivalente ahora al secretario de Estado para el Deporte, que acudía a supervisar las obras del gimnasio del Carmen. El alcalde, Salvador de Ponte y Conde de la Peña, lo llevó primero allí, después a Balaídos y finalmente al monte del Castro. El dirigente se enamoró de la finca del Carmen. Pidió que se concentrara cultura y deporte en ese lugar, donde ya existían los institutos masculino y femenino. Esgrimió que O Castro sería una ubicación más alejada y cara y los retó a un proyecto más ambicioso. El 18 de abril de 1963, el pleno extraordinario de la Corporación, con Alberto Varela Grandal como alcalde accidental, daba su visto bueno al anteproyecto de Palacio de Deportes en As Travesas, por 6,8 millones de pesetas, y a la conclusión del gimnasio municipal. Pero todo se quedó en el papel.
Sería Portanet, en febrero de 1965, quien desatascase el tema. Presentaba a la DND en Madrid un nuevo borrador por 30 millones de pesetas, obra de Antonio Román Conde. Un pabellón (4.200 espectadores), una piscina olímpica a cielo abierto, cubierta para el frontón, un campo para fútbol y hockey hierba rodeado por un anillo atlético y pistas descubiertas de baloncesto, balonmano y voleibol.
Habían tomado como referencia los palacios de Deportes de Madrid y Barcelona. El 13 de febrero de 1967 se ponía la primera piedra. En diecisiete meses, cinco más que las previsiones, el hogar del deporte vigués estaba levantado. Y a lo grande.
El coliseo vigués ha recibido citas continentales (Europeo júnior de hockey sobre patines de 1968 y de 1969), Eurobasket júnior masculino (1968) y femenino (1974), Preeuropeo sénior femenino de baloncesto (1980), Campeonato de Europa absoluto de patinaje artístico (2002) y universales (Mundiales de patinaje artístico, 1968; Preolímpico femenino de baloncesto, 1992; Mundial universitario de taekwondo, 2010), pero también eventos de balonmano (Copa del Rey, Copa Asobal) o fútbol sala (Copa de España), por enumerar solo algunos ejemplos. El último, el torneo de España de balonmano. Luego llegarían los pabellones de Pontevedra (1969), Ourense (1969) y A Coruña (1970), pero Vigo se había adelantado al futuro con una ciudad deportiva. Ramón Beamonte del Río sería la constructora encargada de los trabajos, adjudicados en 28 millones de pesetas.
"Es el mejor de España", decía orgulloso Portanet. "El mejor de España y el más económico", sostenía por su parte Benito Castejón, un vigués que había llegado a secretario nacional de Educación Física y Deportes.n 

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