La firma constructora rescindió el contrato al negarse el club a adecuarlo a los cambios
Civis Global ha dejado la obra de la sede de la futura desde del Celta en la calle Príncipe, en el edificio que albergaba el Mercantil. La constructora asegura que rescindió el viernes unilateralmente el contrato y la decisión responde a los múltiples cambios del proyecto. La constructora afirma que se ha cambiado el 99% del proyecto durante la ejecución de la obra y lleva meses pidiendo al club que el contrato inicial se ajustara al proyecto actual, después de todas esas modificaciones, porque estaba perdiendo dinero. Tras muchas conversaciones, al parecer desde el pasado mes de febrero, Civis Global optó por la rescisión.
El contrato de obra se firmó en mayo de 2016 por un montante global de 3,6 millones sobre la base de un proyecto del arquitecto Alfonso Penela y tenía que estar terminado, según ese primer diseño, en diciembre de 2016. Sin embargo los cambios en el proyecto empezaron pronto. Por ejemplo, la cúpula se hizo dos veces más grande de lo incialmente previsto, precisaron fuentes de la empresa, o la estructura se multiplicó por dos. Además, también se cambiaron sótanos
–en principio, no estaban previstos trabajos bajo la superficie–, escaleras y hasta la pintura.
Así que ya el pasado mes de febrero, ante la deriva que estaba tomando el proyecto, Civis Global le comunicó al Celta que debería cambiar el contrato para que se adecuara a la realidad del proyecto tras todas las variaciones. Ante la falta de acuerdo, la empresa envió un escrito al club el pasado viernes rescindiendo el contrato.
Fuentes de la empresa aseguran que se sienten muy orgullosos de las obra y que les gustaría terminarla. Ahora falta conocer cuál será la decisión del Celta, si optará por otra empresa o por continuar la negociación, aunque el asunto también podría acabar en el juzgado.
La obra de la nueva sede del Celta ha sufrido continuos retrasos desde su inicio, fijando el club hasta tres fechas diferentes de finalización que se han incumplido. Carlos Mouriño, presidente celeste, siempre se vanaglorió en las obras de Balaídos que, en lo que dependían del Celta, los plazos se cumplían. Tal máxima no se repite en el caso de la sede.n
