El retraso considerable de las obras de reforma del estadio de Balaídos vuelve a ocasionar serias molestias a los aficionados del Celta, que han tenido que asumir esta temporada la subida de sus abonos de temporada.
El club anunció ayer que unos 500 seguidores célticos que tiene su asiento en Río serán reubicados para poder presenciar el partido que el próximo jueves medirá al conjunto vigués con el Panathinaikos en la segunda jornada de la fase de grupos de la Liga Europa.
El motivo, según explica la entidad, es la necesidad – por la "normativa de la Europa League"– de contar con asientos bajo cubierta para "palco y patrocinadores" y, como las gradas de Tribuna Alta y Baja siguen sin la visera, el club dice verse obligado a mover a los aficionados de Río. También argumenta como razón de peso que "la reglamentación de UEFA y LFP obliga a reubicar en la grada a los medios de comunicación situados hasta ahora en cabinas". Realmente, obliga a disponer de espacios para las televisiones de los que carece el estadio, por lo que ahora utilizarán los empleados hasta la fecha por el resto de medios. En su comunicado, el Celta aclara que se dirigirá –ya se está dirigiendo, de hecho– a cada seguidor afectado por esta medida para tratar con él o ella la reubicación.
Por otro lado, el club también ha fijado los precios para esta primera cita europea. Sólo habrá una categoría única y los billetes van desde los 25 euros de Fondo –grada que en Europa no entra dentro del convenio con el Concello–, pasando por los 35 de Marcador y Gol y los 50 de los dos Río hasta los 60 de las dos Tribuna. Este último graderío, obviamente, sigue sin cubierta, por lo que los aficionados se mojarán si aparece la lluvia.
Los abonados que apostasen por el 'abono básico' –sin Europa– tendrán que pasar por taquilla. Y los abonados anuales tienen hasta hoy para retirar el suplemento europeo, que supone un gasto, aproximadamente, del 10% del precio de su carné.n
