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El Celta recupera la sonrisa

Bongonda supera a Ochoa para marcar el segundo gol del Celta en el partido de ayer contra el Granada.
photo_camera Bongonda supera a Ochoa para marcar el segundo gol del Celta en el partido de ayer contra el Granada.

Supera con goles de Iago Aspas, Bongonda y Pape a un Granada muy inferior que sólo inquietó en la recta final

El Celta vuelve a sonreír. Después de los tropiezos ante el Eibar y el Standard, el equipo de Eduardo Berizzo se recuperó ayer con una clara victoria sobre un Granada muy inferior que sólo inquietó a los vigueses en la recta final del encuentro. Kravets aprovechó en el minuto 86 un grave error de Cabral para superar a Rubén Blanco y apretar un partido plácido hasta entonces para los celestes, que habían puesto tierra de por medio en la primera parte gracias a los goles de Iago Aspas –colosal una vez más– y Bongonda. Pero el susto no fue a mayores y Pape Cheikh cerró el choque, ya en el descuento, con un tanto que aseguró la quinta victoria consecutiva en Liga del cuadro vigués en Balaídos.
El Granada obligó al Celta a llevar a cabo un ejercicio de paciencia. Lucas Alcaraz, fiel a su estilo, plantó sobre el Lagares una defensa de cinco, cuatro centrocampistas por delante y arriba Kravets, un islote tan grande como aislado. Eduardo Berizzo decidió atacar la poblada retaguardia andaluza con un dibujo novedoso para él. Aparcó el 4-3-3 y el 4-2-3-1 que suele alternar para apostar por un 4-4-2 con Wass y Bongonda abiertos en las bandas y Rossi y Iago Aspas como pareja de ataque.
Los minutos transcurrían sin apenas historia. Una trama sin sobresaltos, de las que le gustan a Alcaraz. Cada segundo con el marcador a cero era una pequeña victoria para el Granada, entregado a su labor defensiva y esperando una oportunidad para salir a la contra.
El balón era del Celta. Ni siquiera tuvo que pelearlo. El rival se lo entregó. No encontraba adversarios hasta más allá de la medular, pero al cruzar la línea divisoria se topaba con un muro rojiblanco. Apenas había espacios, pero el reloj no inquietaba al Celta. Tocaba, tocaba y tocaba. Ni siquiera le penalizaban los errores -varios en los primeros minutos cosecha de Marcelo Díaz-, pues el Granada estaba demasiado retrasado, demasiado lejos de la portería rival, como para hacer daño cuando se topaba con el balón.
El colista no creaba, pero tampoco sufría. El partido transcurría sin sobresaltos y eso era ya un pequeño éxito para los de Alcaraz. Hasta que apareció Iago Aspas. Tanto ha crecido el moañés que el Celta empieza a depender en demasía de él. En el ecuador del primer tiempo, recibió un balón de Wass caído a la banda derecha, se internó en el área del Granada y lanzó un pase cortado por Vezo que él mismo se encargó de cazar ya en el área pequeña para fusilar a Ochoa, que nada pudo hacer ante el poderoso remate de Aspas.
De pronto, se desplomó el castillo en el aire construido por el Granada, cuyos naipes estuvieron a punto de volatilizarse dos minutos después. Wass y Iago intercambiaron papeles. El moañés ejerció esta vez de asistente con un pase filtrado que dejó al danés solo ante Ochoa. El mexicano ganó el duelo en esta ocasión, desviando con el pie el disparo raso del céltico.
El gol no cambió al Granada. Mantuvo su defensa de cinco, con los carrileros bien parapetados atrás, y siguió esperando al Celta.  Con la tranquilidad de saberse por delante en el marcador, el conjunto celeste minimizó los errores con el balón, que movió con la sutileza de un bailarín y la precisión de una cirujana. Hasta que, Aspas mediante, cayó el 2-0. No obstante, esta vez el gol del Celta no fue fruto de una acción aislada del morracense, sino un producto colectivo que culminó, eso sí, con una pared entre Iago y Bongonda. El belga se sacó la espina (o el clavo) que tenía clavada y marcó su primer gol de la temporada y el primero que hace en Balaídos desde que llegó a Vigo hace casi dos años. Théo acertó esta vez en la finalización, superó por bajo a Ochoa y subió el 2-0 al marcador.
Pero nada cambió en el Granada, impasible hasta el tiempo de descanso. Con sus cinco defensas, sus cuatro centrocampistas y Kravets tan solo como un náufrago en medio del oceáno.
Tras el paso por vestuarios, Lucas Alcaraz -que vio el partido desde la grada por sanción- mandó adelantar líneas. El cuadro andaluz intentó presionar la salida del balón del Celta, aunque con escaso éxito. Los granadinos no se conformaron y empezaron a mover el banquillo en busca de soluciones para escapar de su destino. Primero entró Atzili y más tarde Bueno y Ponce, con los que el Granada pasó a acumular hombres en ataque. Sin embargo, las ocasiones seguían siendo del Celta y Rubén Blanco, un mero espectador. A la hora de partido, Iago Aspas estuvo a punto de sorprender a Ochoa con una vaselina prácticamente desde la medular que el mexicano desvió en el último momento. Tres minutos después, Cabral cabeceó a las manos del guardameta del Granada un saque de esquina. Y Radoja culminaría una acción individual con un zurdazo demasiado desviado.
La primera oportunidad de los andaluces no llegaría hasta el minuto 72, en una contra culminada por Kravets con un remate desviado. Berizzo se afanaba entonces por corregir la posición de los suyos para evitar apuros de última hora. Con Guidetti sobre el césped en sustitución de Rossi, el Celta recuperó su tradicional 4-3-3.
Los vigueses se sentían cómodos y se presumía un plácido final de partido, pero un grave error de Cabral siendo el último hombre fue aprovechado por Kravets para marcar el 2-1 a puerta vacía. De pronto, el Granada creyó en el milagro y el miedo hizo palpitar con fuerza el corazón del celtismo. Pero el fútbol, tantas veces injusto, no lo fue en esta ocasión y los tres puntos se los llevó quien más los mereció. Con los andaluces volcados sobre el área rival, Pape Cheikh cerró el partido en el descuento al culminar una acción de Guidetti y Señé. Con la victoria, el Celta sigue a tiro de Europa; con la derrota, el Granada continúa hundido en el fondo de la tabla clasificatoria.

Celta:
Rubén Blanco; Roncaglia, Cabral, Fontás, Jonny; Wass, Marcelo Díaz, Radoja, Bongonda; Iago Aspas (Pape Cheikh, min. 85), Rossi (Guidetti, min. 69).
Granada:
Ochoa; Foulquier, Vezo, Lombán, Saunier, Tabanou (Bueno, min. 64); Carcela, Samper, Uche(Ponce, min. 70), Andreas (Atzili, min. 56); Kravets.
Goles:
1-0, min. 22: Iago Aspas; 2-0, min. 38: Bongonda; 2-1, min. 86: Kravets; 3-1, min. 92: Pape Cheikh.
Árbitro:
Trujillo Suárez (colegio canario).Amonestó con tarjeta amarilla a los visitantes Samper, Tabanou y Andreas. 
Incidencias:
Partido correspondiente a la décimo tercera jornada de Primera División disputado en el estadio de Balaídos ante 15.852 espectadores.

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