CELTA

"El Celta ha sido mi forma de vivir"

Borja Oubiña posa con sus compañeros en el primer equipo del Celta, a los que agradeció su apoyo este año. //JV Landín
photo_camera Borja Oubiña posa con sus compañeros en el primer equipo del Celta, a los que agradeció su apoyo este año. //JV Landín

Borja Oubiña anunció ayer su retirada del fútbol "dolido por no haber sido el jugador que imaginé que iba a ser"

Borja Oubiña puso ayer punto final a su carrera como futbolista. Es un adiós masticado desde hace meses y obligado por las lesiones que tanto le han marcado a lo largo de doce temporadas en el primer equipo del Celta y casi veinte años en el club. "Me voy dolido por no haber sido el jugador que imaginé que iba a ser", afirmó el internacional vigués en su despedida, en la que pese a todo mostró su satisfacción por haber cumplido un sueño y su agradecimiento a todos los que lo hicieron posible. "El Celta ha sido una forma de vivir, un estilo de vida para mí", afirmó Borja Oubiña, que en principio seguirá ligado al club ocupando un puesto todavía por concretar del organigrama técnico.
"Hoy acaba una etapa, mi etapa como futbolista profesional termina. No finaliza de la manera que me hubiese gustado. Tanto el final como parte del trayecto no es algo que hubiese imaginado cuando empecé, cuando ya formaba parte de la plantilla de Primera División del club. Hubiese imaginado un final y un transcurso por momentos diferente. Pero llegado a este punto simplemente me queda dar las gracias a toda la gente que ha trabajado en el club durante estos veinte años, que me ha ayudado a cumplir un sueño, a ser futbolista del equipo de mi ciudad", dijo Borja para empezar. Después llegaron los agradecimientos, comenzando por la directiva que encabeza Carlos Mouriño, los componentes del cuerpo técnico, los miembros de los servicios médicos y sus compañeros en el primer equipo. Todos quisieron estar en Balaídos con Borja el día de su despedida. "Quiero dar las gracias de manera especial a la gente que ha trabajado en el club en los últimos años, de la mano del presidente. Gracias por la paciencia que habéis tenido conmigo. Gracias a mis compañeros, a los que me han ayudado a ser mejor y a esta plantilla que está hoy conmigo por el trato recibido durante todo este año. A pesar de no poder ayudar dentro del campo, me han tratado como uno más, me han hecho sentir especial y lo agradezco de corazón. Gracias también al cuerpo técnico. Me hubiera gustado que me hubiesen entrenado cuando tenía 24 o 25 años. Habría disfrutado muchísimo con esta forma tan valiente de jugar", afirmó Borja, que tuvo un recuerdo especial para los que han estado a su lado en los peores momentos: "Gracias especialmente al cuerpo médico. A todos los doctores y especialmente a gente que para mí es súper especial: Pedro, Iván, Salva, Ernesto, Juan… Les he dado muchos quebraderos de cabeza y han intentado recomponer piezas donde a veces no se podía. De todo corazón, gracias a ellos y a Edu, que aunque no es parte del cuerpo médico, es como si lo fuese".

Borja Oubiña y Carlos Mouriño, durante su despedida.
Por último, Oubiña se acordó de su familia y de la afición. "Gracias a mi familia, a mis padres, a mis hermanos y a mi mujer. Para entenderme a mí, hay que conocerlos a ellos. Y gracias a la afición, que me ha hecho sentir realmente especial. Ha hecho que este viaje que inicié en su día haya sido lo más especial posible", agradeció Borja, que después recordó el agrio día de febrero en el que tuvo claro que su carrera como futbolista había terminado. "En febrero le comunico al club mi decisión, primero a través del cuerpo médico. Un día, trabajando en el campo con Pedro (Docampo, el recuperador), me doy cuenta de que estoy dando cabezazos contra una pared y que no voy a derribar ese muro. Lo vi claro. Creía que no iba a tener opciones y así se lo hice ver al club", señaló.
El Celta no ha sido sólo el equipo de Borja Oubiña, se ha convertido en una parte fundamental de su vida, tal y como destacó ayer. "El Celta ha sido una forma de vivir, un estilo de vida para mí. El deporte tiene un trasfondo que va más allá de la parte deportiva. Hay valores que son fundamentales y yo me he empapado de lo que es el deporte y lo que es casa Celta. Nunca me hubiese convertido en el futbolista que fui y en la persona que trato de ser sin mi familia y el Celta, que espero que siga siendo parte fundamental de mi vida", explicó.
Oubiña ha pasado cuatro de sus doce temporadas en el primer equipo casi en blanco debido a las lesiones que considera le impidieron alcanzar su techo como futbolista. "No me voy dolido porque no puedo finalizar mi carrera como hubiese querido, pero sí porque no he sido el jugador que imaginé que iba a ser o que quise ser. No al inicio de mi carrera, porque cuando estaba en el Celta B nuestro pensamiento no era llegar al primer equipo, sino buscar una cesión a clubes como el Salamanca o el Zamora. Pero una vez me vi en el fútbol profesional, imaginé otra carrera. No me refiero a mi trayectoria, sino al nivel que alcancé como futbolista. Ahí me he quedado corto o al menos es la sensación que tengo, que no he podido desarrollarme a nivel futbolístico. Me duele, me voy muy dolido por no haber sido lo que quise ser. Me perdí muchos entrenamientos, muchos años, y dejar de entrenar significa dejar de mejorar", lamentó Oubiña, que en cualquier caso se lleva recuerdos imborrables: "Es difícil quedarse con algún momento, pero quizás me quedaría con haber podido jugar la Liga de Campeones. Es difícil llegar hasta ahí con el Celta, es algo histórico que nunca olvidaré. Recuerdo el partido contra el Xerez aquí, con nueve chicos de la casa dándole la vuelta a un resultado que nos ponía camino de Primera División". Momentos que no olvida, como tampoco su paso por la selección: "Ahora lo valoro más. Haber podido compartir vestuario con esos jugadores y que el seleccionador, en este caso Luis Aragónes, me hubiese visto entre los veintidós mejores de España es un orgullo. Pero no sólo por mí, sino por toda la gente que está alrededor, que es la que más disfruta en esos momentos".

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