CELTA-ATLÉTICO

El Celta empequeñece al Atlético

Jonny Castro y Juanfran pugnan por un balón durante el partido de ayer entre Celta y Atlético en Balaídos.
photo_camera Jonny Castro y Juanfran pugnan por un balón durante el partido de ayer entre Celta y Atlético en Balaídos.

El fútbol no entiende de justicia y el Celta puede dar fe de ello esta temporada. De la misma manera que no mereció caer ante la Real Sociedad ni probablemente golear a Eibar o Las Palmas, ayer tampoco mereció perder contra el Atlético. Pero esa es, precisamente, la grandeza de este deporte que huye de la pura lógica. Porque lo lógico es que un equipo con un presupuesto de 343 millones de euros arrolle a uno con uno cinco veces inferior o, al menos, que juegue mejor al fútbol. Pero no. El Celta empequeñeció ayer al Atlético de Simeone, tan rácano como tantas veces pero que hizo valer la seguridad de Oblak, una buena defensa y su mayor puntería para sumar los tres puntos en juego en un partido en el que el Celta ejerció de 'grande'.

El protagonismo, del Celta
Fiel a la filosofía que pregona Juan Carlos Unzué, el Celta se hizo con el balón desde el principio. Fiel a la filosofía que pregona Diego Simeone, el Atlético dejó hacer a su rival. En el Celta, además del qué, también importa el cómodo. En el Atlético, cuentan los tres puntos y los éxitos alcanzados con el 'Cholo', que lo justifican todo. El caso es que el protagonismo fue celeste y las ocasiones, también. Un par de Aspas, un buen testarazo de Sergi Gómez que Oblak despejó con apuros, otro cabezazo de Pablo Hernández, un remate de Pione Sisto. Todas en los primeros 25 minutos de partido, antes de que el Atlético se adelantase en el marcador.

La puntería, del Atlético
El Atlético apenas pisó el área de Sergio en tres ocasiones durante el primer tiempo. Suficiente para hacer el gol que a la postre le serviría para ganar el partido. Avisó con un primer centro de Juanfran que Sergio capturó antes que los rematadores atléticos y, casi de inmediato, el 'Gato de Catoira' se lució con una excepcional estirada a remate de Griezmann. El cancerbero celeste envió el balón a saque de esquina, a la salida del cual Kevin Gameiro firmó el 0-1. El Atlético no necesitó tener la posesión, encerrar a su rival en el área y dominar el partido. Sólo asomarse en un par de ocasiones por el área del Celta para ponerse por delante en el marcador y mantener su plan inicial. De ahí al descanso, el conjunto rojiblanco volvió a encerrarse en su parcela ante un rival que volvió a asumir el protagonismo y tuvo una nueva oportunidad, esta vez de Hugo, desbaratada por Oblak.
La apuesta de Unzué
El Atlético pareció salir con más fuerza en los primeros minutos de la reanudación, pero fue un mero espejismo. El Celta no tardó en retomar el dominio del encuentro y la historia de la primera parte tuvo continuidad en la segunda. El carrusel de llegadas al área rojiblanca continuó con un buen remate a la media vuelta de Iago Aspas al que respondió –una vez más– Oblak y el delantero moañés estrelló minutos después un libre directo en el larguero. Dado que el gol no llegaba, Unzué decidió mover el banquillo e introdujo un doble cambio valiente, casi temerario. Guidetti y Emre Mor ocuparon el lugar de Wass y Cabral y el Celta pasó a jugar con un 3-2-3-2: Mallo, Sergi Gómez y Jonny en defensa; Pablo Hernández y Lobotka en el doble pivote; Pione Sisto, Iago Aspas y Mor por delante, y Guidetti y Maxi Gómez en la punta del ataque. Una apuesta que permitió al Celta crear más ocasiones, sobre todo por la banda de Emre, y que concedió más espacios al Atlético para buscar la sentencia a la contra. Pero no llegó el empate, pese a que Maxi y Guidetti dispusieron de ocasiones, ni tampoco el segundo tanto atlético, porque Griezmann no estuvo acertado. El 0-1, en cualquier caso, no refleja con justicia el duelo entre un gigante modesto y un grande empequeñecido.

Munuera Montero dejó sin señalar un penalti de Gabi

El Celta no fue capaz de sumar ante el Atlético porque le faltó el acierto que sí tuvo el conjunto rojiblanco. No obstante, el árbitro de la contienda también contribuyó a que los tres puntos viajasen a Madrid. Porque José Luis Munuera Montero dejó sin señalar un penalti por mano del capitán rojiblanco Gabi en el área de Oblak. El centrocampista paró con su mano un centro de Pione Sisto, pero el colegiado andaluz no señaló una pena máxima que, además, podría haber supuesto la segunda amarilla para Gabi y la expulsión.
Por otro lado, también hay que señalar que dos jugadores del Celta pudieron acabar en los vestuarios antes de tiempo. Jonny cometió dos infracciones que pudieron ser merecedoras de tarjeta cuando ya había visto una amarilla y Pablo Hernández fue amonestado por un empujón al defensa del Atlético Lucas que el internacional chileno debió haber evitado.
Finalmente, el Celta acabó el choque con tres amonestaciones y el Atlético, con cinco tarjetas amarillas.n

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