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Una cantera de laterales

Samuel Araújo (i.), junto a Jonny Castro durante un entrenamiento en las instalaciones de A Madroa.
photo_camera Samuel Araújo (i.), junto a Jonny Castro durante un entrenamiento en las instalaciones de A Madroa.

Samuel Araújo engrosa una lista de la que forman parte Otero, Míchel, Lago, Jonny o Mallo

La apuesta del Celta por la cantera se remonta a unos pocos años, ya con Carlos Mouriño en la presidencia, pero la capacidad que tienen los terrenos de A Madroa para engendrar laterales se ha convertido en tradición. Jorge Otero, Míchel Salgado, Roberto Lago, Hugo Mallo, Jonny Castro y ahora Samuel Araújo, la última perla surgida de las categorías inferiores celestes.
Nacido en Vigo el 9 de diciembre de 1995, Samuel debutó con el primer equipo el pasado mes de enero. Fue titular en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey, en el que el Celta ganó 0-2 en San Mamés y se quedó a un paso de remontar el 2-4 de la ida. El lateral izquierdo cumplió con creces en su estreno, se ha convertido en un habitual en los entrenamientos del primer equipo y el pasado fin de semana, con motivo del derbi de Riazor, fue convocado por tercera vez en Liga por Eduardo Berizzo. 
"El debut estuvo muy bien, pero para mí éste fue el partido por excelencia. El derbi se vive de una manera especial", explica. Porque no es sólo jugador del Celta, sino también aficionado del equipo cuya camiseta defiende desde que era alevín de segundo año. Hoy, una década después, recuerda su llegada al club vigués como la mejor decisión de su vida. "Era alevín de segundo año, había jugado en el Rápido de Bouzas desde los 4 años y cuando llegué, venía cagado. Tenía una idea totalmente diferente a lo que vi cuando llegué. Pensaba que en el Celta igual jugaban niños de papá, pero luego ya vi que lo que había aquí eran niños iguales que yo, muy buenos tanto personalmente como en el fútbol. Fue la mejor decisión que tomé en mi vida", asegura el lateral izquierdo del filial.
El primer gran lateral del Celta en tiempos modernos fue Jorge Otero (Nigrán, 1969). Debutó en Primera en 1987, con sólo 18 años, y jugó en el Celta hasta 1994. Tras disputar el Mundial de Estados Unidos se marchó al Valencia y después militó en el Betis (1997-2001), el Atlético de Madrid (2001-2003) y el Elche, equipo en el que colgó las botas en 2005.
Entonces, Míchel Salgado (Vigo, 1975) era ya un veterano en el Real Madrid, club en el que militó diez años (1999-2009). Debutó en el Celta en 1994, pero su salto de calidad llegó tras reconvertirse a lateral en el Salamanca, equipo en el que jugó cedido en la temporada 1996/97. Internacional absoluto en 53 ocasiones, Míchel se retiró en el Blackburn Rovers inglés y es el ídolo de Samu Araújo. "El Celta lleva muchos años sacando muy buenos laterales y, aparte de ser un espejo en el que mirarse, ver que han salido tantos te anima a pensar que tú también puedes llegar a ser uno de ellos. Míchel Salgado, Otero, Roberto Lago y ahora Hugo y Jonny, que están ahí. La competencia es dura, pero precisamente que sea tan buena la competencia te sirve para mejorar y exigirse uno mismo mucho más", explica el vigués. "Míchel Salgado siempre ha sido mi ídolo, pero no me compararía con ninguno porque todos son muy buenos laterales, cada uno con sus cualidades. Todos somos un poco diferentes", añade Araújo, un defensa al que le agrada atacar. "Me gusta tener recorrido, tener presencia tanto en el área contraria como en la nuestra. Siempre recordando que soy defensa, pero con llegada", explica.
Samu, miembro de la generación de juveniles que alcanzó la final de la Copa de Campeones en 2013, pelea ahora por seguir los pasos de Roberto Lago, zurdo como él, Hugo Mallo o Jonny, miembros todos ellos de una saga de laterales que parece no tener fin.n

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