TONI OTERO. Entrenador del Celta B

"Mi cabeza se tiene que ordenar y decidir lo mejor"

Toni Otero, durante uno partido del Celta B en el campo de Barreiro.
photo_camera Toni Otero, durante uno partido del Celta B en el campo de Barreiro.

La magnífica temporada del Celta contrasta con la de su filial. Todo fueron problemas en el Celta B hasta que Toni Otero (Vigo, 1974) se vio obligado a dejar a un lado su puesto como director de la cantera para entrenar al segundo equipo del club tras las destituciones de Fredi Álvarez y Javi López. Toni, un hombre de la casa, cumplió con su cometido y evitó el descenso incluso con más comodidad de la esperada. Ahora, medita sobre su futuro y no garantiza siquiera que vaya a continuar en el Celta. 

Cogió al filial en una situación crítica y sin apenas margen, pero logró el objetivo de la salvación con holgura. ¿Satisfecho?
No estoy contento porque me hubiese gustado que fuese de otra manera, aunque estoy satisfecho porque el equipo se salvó con cierta solvencia y los números de estos nueve partidos fueron muy buenos. Pero, sinceramente, lo que me hubiese gustado es acabar la temporada con el entrenador que la empezó. Eso habría querido decir que los objetivos planteados desde el principio estaban cubiertos y que las cosas iban bien. Lógicamente, cuando eso no es así, no puedes estar contento.

Analizando todo lo que ha sucedido esta temporada, ¿qué cree que ha fallado?
Todavía no hemos hecho una valoración exacta de lo que ha pasado porque acabamos hace apenas una semana, pero quiero pensar que no hemos estado lo suficientemente maduros para conseguir los objetivos que nos marcamos en un principio.

¿Cree que fue un error plantear de inicio una meta tan ambiciosa como la promoción de ascenso?
No. Yo lo dije en su momento y lo repito ahora: éste es un equipo para estar en ‘play-off’. Incluso después de haberlo entrenado me reafirmo más en los objetivos marcados al principio. Creo que es un equipo con unos jugadores tremendamente potentes, con un futuro espectacular. Para nada era un objetivo extraño ni mucho menos, todo lo contrario, ni creo que ése fuese el problema.

¿Los jugadores estaban muy tocados anímicamente cuando se hizo cargo del equipo?
Pues sí. La verdad es que los jugadores estaban tremendamente tocados. Las últimas semanas habían hecho mucho daño al equipo, a los chicos, y la autoestima con las que me los encontré era bastante alarmante. Pero al final ellos son los protagonistas, para bien y para mal, los que sacaron esto adelante.

¿Qué fue lo que hizo o cuál cree que fue la clave para cambiar la dinámica de resultados del equipo?
Sinceramente creo que yo no hice nada. Los que cambiaron fueron los jugadores. Cambiaron la mentalidad, se dieron cuenta de que con intensidad, con sacrificio y con estar metidos en los partidos desde un principio se podía porque el resto lo tienen. Muchos de ellos llevan años trabajando de una forma muy determinada y al final eso fue lo que hizo que el equipo saliese adelante. Igual que cuando las cosas salían mal se les dijo, ahora que han salido bien hay que reconocer que fueron los artífices del cambio.
Tras muchos años trabajando con la cantera desde otra posición, ¿qué ha supuesto para usted esta experiencia como entrenador?
Toni es feliz si puede trabajar en la profesión que a él le gusta y esa profesión es el fútbol. Tengo mis títulos, el de entrenador y el de director deportivo, y soy feliz porque puedo trabajar en lo que me gusta. Unas veces me tocará entrenar y otras ser director, pero estoy satisfecho y muy contento con eso. He trabajado de todo. En Indugasa, en la construcción, de todo… Creo que hay muy pocas personas que pueden decir que trabajan en lo que les gusta y yo me siento feliz de estar en el fútbol y trabajar de lo que me gusta.

Si le dan a elegir entre ser el director de la cantera o entrenar al Celta B, ¿con qué se queda?
De momento no lo sé. Tengo que pensar muchas cosas, es momento de reflexionar, y cuando mi cabeza sepa lo que quiere, lo que es mejor para ella y para su entorno, lo decidiré y lo diré.

Termina contrato el 30 de junio. ¿Está negociando con el club la renovación?
En breve se sabrá. No le doy más importancia. Llevo siete años terminando contrato el 30 de junio y nunca ha pasado nada.

¿Pero quiere seguir en el Celta?
Repito. Mi cabeza se tiene que ordenar. Han sido dos meses muy intensos y cuando tomemos las decisiones, se comunicará y se hablará del futuro.

Hace unos días hizo el Camino de Santiago junto a varios jugadores. ¿Cómo surgió la idea?
Fue una promesa que hicimos en Logroño. Estábamos comiendo, era un partido tremendamente importante –que al final ganamos– y creíamos que si ganábamos aquel día el camino estaba dado. En aquella mesa se dijo que si lo conseguíamos y nos salvábamos, haríamos el Camino de Santiago. Y lo hicimos siete. Fue duro, 100 kilómetros del tirón en bicicleta, pero también mucha satisfacción porque fuimos capaces de terminar después de once horas encima de la bicicleta. Fue una aventura para poder contar mañana.n

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