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Caballero limita la culpa a una firma subcontratada

El alcalde, Abel Caballero, mostró las bolas de la malla metálica donde se ha detectado el fallo.
photo_camera El alcalde, Abel Caballero, mostró las bolas de la malla metálica donde se ha detectado el fallo.

El alcalde dice que hay un "1 por 1.000" de riesgo para la vida de las personas y por eso cerró Río

El Concello de Vigo, a través del alcalde, Abel Caballero, delimitó ayer la responsabilidad del error constructivo que ha provocado el cierre de las gradas de Río del estadio de Balaídos a una empresa subcontratada por la firma adjudicataria de la reforma, exonerando a esta misma, al propio Ayuntamiento y al Celta. El regidor solicitó la comprensión de los aficionados y basó su decisión en que el riesgo de accidente por desprendimiento de alguna de las piezas de la malla era "de 1 por 1.000, pero eso no me vale porque la seguridad es lo primero. Es para proteger la vida de las personas". Además, planteó como objetivo "realista" arreglar el problema para que el graderío pueda ser utilizado en el próximo encuentro del conjunto celeste en el estadio, fijado para el domingo 5 de noviembre, y aseguró que "se mantienen los plazos del conjunto de la obra y vamos a acabarla antes del 31 de diciembre".
El alcalde explicó que técnicos de la empresa adjudicataria y del Concello decidieron el pasado viernes someter las bolas de engranaje de las barras de la malla a nuevas pruebas de esfuerzo en el centro tecnológico Aimen en Porriño, dando niveles "muy por debajo" de los necesarios debido a un defecto en una de las roscas de anclaje. Posteriormente, se determinó que dichas piezas prodecen todas la misma firma subcontratada, la única a la que, al parecer de Caballero, se le puede imputar el error. El regidor sí garantizó la seguridad "al 100%" para el resto de gradas y para técnicos y jugadores al estar el problema delimitado a zonas concretas de la malla.
A partir de mañana, se determinará si hará falta retirar algunos de los sectores de la malla ya colocados, en función de si cuentan con esas piezas defectuosas o no, aunque el alcalde confirmó que "en la circunstancia más adversa, habría que sacar los números impares y los otros permanecerían para jugar el partido siguiente. Si llueve, nos mojaremos un poquito".
Caballero, quien señaló que está contando con "toda la cooperación del Celta", quiso resaltar que haste este percance, "una obra de esta envergadura marchaba absolutamente en plazos".

El Celta solicitó el aplazamiento o jugar en el Wanda Metropolitano

En la tarde-noche del viernes, cuando el Concello le comunicó la decisión de cerrar las dos gradas de Río por motivos de seguridad, el Celta, según desveló ayer, intentó que la Liga permitiese el aplazamiento del partido de esta tarde ante el Atlético de Madrid o que éste se jugase en el Wanda Metropolitano, cambiando el orden de los duelos ligueros entre ambos equipos. Sin embargo, ninguna de las dos opciones salieron adelante, por lo que acabó realizando un comunicado en el que únicamente señalaba la imposibilidad para reubicar a los abonados y a los aficionados con entrada para el graderío afectado por el problema con las obras de reforma.
El primer supuesto, el del aplazamiento, fue denegado por la Liga. La patronal de los clubes, debido a los acuerdos multimillonarios con las televisiones, sólo concede este tipo de medidas por causas de fuerza mayor. Al cerciorarse que, una vez las gradas de Río cerradas, el resto del estadio no suponía ningún peligro para aficionados, jugadores y técnicos, rechazó la solicitud del Celta.
En cuanto a la posibilidad de desplazar el encuentro para el Wanda Metropolitano, fue el propio Atlético de Madrid el que se vio obligado a rechazarla, dado que también su estadio está en obras. El moderno recinto deportivo acaba de ser inaugurado y todavía necesita de una serie de actuaciones previstas precisamente para estos días.
El presidente del Celta, Carlos Mouriño, no se refirió a ninguna de estas dos solicitudes durante su alocución en un vídeo grabado por los medios del club. Sí lo hizo, aunque de manera tangencial, el alcalde, Abel Caballero, quien señaló que "se podía haber cambiado la fecha de partido, haber jugado allá y después aquí... Son las cuestiones más deportivas en las que el alcalde ya no entra. La Liga toma la decisión de que se juegue con tres gradas y una inoperativa". Preguntado sobre si él hubiese preferido alguna de estas dos posibilidades, contestó que "mi opinión da igual, yo de deporte no opino. Yo hablo de seguridad solo".
La relación entre Celta y Concello sobre las obras de Balaídos es tirante desde hace meses. Aparte de las críticas públicas del presidente Mouriño, bien es verdad que hace ya meses, existe una desinformación mutua sobre el día a día de la reforma a la que se está sometiendo el recinto deportivo.n 

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