En la media punta realizó un partido notable. Si llega a marcar, habría nacido una estrella
Sin duda es la mejor noticia de la temporada del Celta. El canterano demostró ayer, en su posición natural, la mediapunta, que ya es todo un futbolista de Primera División. Hasta una noche de martes en Balaídos, Brais Méndez era una promesa de la cantera con proyección y tras el encuentro se quitó la etiqueta para convertirse en un jugador titular de un equipo de Primera.
Porque el rendimiento de ayer del atacante fue notable. Durante el primer acto, apareció en todas las jugadas de peligro que realizó el equipo vigués. En unas ocasiones como asistente, en otras iniciando la jugada desde la zona de tres cuartos y en otras como rematador en el área. De hecho, sólo faltó el gol para convertirse en una estrella de la afición céltica en el encuentro de ayer. En su primer intento ajustó al palo por fuera y en el segundo se encontró los dedos de uno de los mejores porteros del mundo. El mediapunta llegó para quedarse, por el bien del Celta, por muchos años.
