Los bomberos, con el fuego en las piernas

Hacer la Subida ao Castro ya es, de por sí, duro. Muy duro. Pero completarla con los 20 kilos de peso a mayores que supone llevar el equipo de extinción de incendios es toda una proeza. Y fue lo que hicieron nueve bomberos del cuerpo de Vigo, que quisieron llamar así la atención con un fin benéfico: recoger en la salida productos para el Banco de Alimentos.
Pablo Senra fue el primero de ellos en cruzar la meta, con un tiempo de 25:39 en el puesto 330º.  De hecho, los nueve bomberos estuvieron entre los últimos doce clasificados, lo que da cuenta de la dureza de su empresa. El propio Senra resumía una vez arriba: "Ha sido muy bonita pero también muy dura. De hecho, ha sido mucho más duro de lo que pensábamos. Calculando el ritmo y todo, hubo momentos de los de casi caerse. Íbamos en dos grupos, algunos un poco más rápidos y otros regulando un poco más el consumo. Algunos de mis compañeros llegaron con aire en la botella, pero a mí ya no me llegó –en caso de incendio, suele durar unos 30 minutos–".
El cansancio era algo menor porque el objetivo se había logrado. "El reto es bonito y, desde luego, llamativo. No la había corrido anteriormente. Este año vinimos, aunque sin entrenar. El que viene a ver si lo preparamos un poquito más y lo repetiremos", dice Senra. Y añade que "lo intentaremos hacer mejor todavía y más gente".
La vertiente solidaria de la iniciativa era lo fundamental para los esforzados bomberos: "El tema es aprovechar la visibilidad que nos da el puesto de trabajo. Siempre llama la atención y la gente al verlo siempre colabora un poco  más.  Todo el mundo que vino a la carrera nos fue aportando cosas. Nos faltó hacerle más publicidad, pero funcionó muy bien". Senra, Daniel Cabaleiro, Marcos Eguía, José Antonio Villar, Adrián Castiñerias, Bruno de Sousa, Ricardo Gómez, David González y David Álvarez pueden estar orgullosos de lo conseguido con su esfuerzo.n